HIC1

PCM1

rayuela

PCM2

hic2

Ni un paso2

hic2

 

JoaoTumbando caña (I y II)

Joao Gilberto, creador de la bossa nova

Ernesto Márquez

(Tomado del Diario LA JORNADA)

1

Provenía de una familia acaudalada originaria de Juazeiro, una pequeña ciudad provincial en el estado de Bahía. Era el menor de siete hermanos y, a diferencia de los otros que culminaron sus estudios académicos, había dejado la escuela para perseguir su sueño de ser músico importante. Aprendió a tocar la guitarra de forma autodidacta, imitando a los sambistas que escuchaba en la radio; tras mucho practicar y profundizar en el estudio del instrumento y las canciones, llegó a desarrollar un estilo que dio pie al fenómeno musical conocido como bossa nova.

Le llevó tiempo encontrar la fórmula para ese estilo que implicaba el ritmo de la samba-canción, armonías jazzísticas, las obras musicales de gran formato y las canciones románticas del Caribe (el bolero en especial). Joao pasó años de experimentación, estudiando, practicando hasta el cansancio. Se encerraba en su habitación y tocaba día y noche, lo que preocupaba a su padre, quien llegó a creer que esa obsesión lindaba con la locura.

Su idea consistía en llevar el sonido rítmico del pandeiro del samba a las cuerdas de la guitarra. Con tres dedos de la mano derecha pulsaba las cuerdas bajas imitando el ritmo seco del instrumento de percusión y con el pulgar las graves semejando el sonido del bombo logrando una cadencia sincopada la cual se conoce ahora como batida.

Joao tocaba día y noche, a menudo el mismo acorde en una búsqueda obsesiva de la perfección. Elegía cualquier canción ya fuere de Ary Barroso, Dorival Caymmi, Cole Porter, Consuelo Velázquez o Charles Trenet, y las tocaba una y otra vez, deconstruyéndolas hasta encontrar la esencia. Colocaba siempre la disonancia musical fuera del punto dramático de los versos que cantaba a bajo volumen, con la pronunciación de las sílabas entonadas algunas veces antes o después de la base rítmica y con la voz dispuesta para eliminar casi cualquier ruido de la respiración y otras imperfecciones. Descubrió que cantando de esa manera, casi en susurro y sin vibrato, podía acelerar o ralentizar su voz en relación con la guitarra.

Siendo muy joven se traslada a Salvador, capital del estado, para estudiar música y probar suerte en el mundo del espectáculo. Tocó en la radio, en salas de fiestas y en noches de bohemiadas en casa de amigos compartiendo sus ideas con todo aquel que quisiera escucharlo.

De Salvador de Bahía marchó a Río de Janeiro donde se ganaba la vida como músico de sesión, grabandojingles publicitarios o acompañando a cantantes de la escena carioca. En periodos que no tenía trabajo se ocupaba en depurar su técnica. Cuando consideró que había logrado una nueva forma de tocar y de cantar y que ya estaba listo para mostrarla en sociedad se fue de marcha nocturna visitando a todos aquellos que, pensó, podían estimar su arte. Una noche llegó a casa del músico Roberto Menescal y le pidió que escuchara suscancioncinhas. Al escucharlo, Menescal quedó tan impactado que lo presentó a sus amigos para que conocieran semejante genialidad. Poco tiempo después, Gilberto ya estaba colaborando con Antonio Carlos Jobim.En 1958 surgió la oportunidad de grabar un disco de 45 rpm con Bim Bom, composición del guitarrista, en una cara del acetato, y Chega de saudade (Basta de tristeza) de Antonio Carlos Jobim y Vinícius de Moraes, en la otra. Chega de saudade impactó tanto que fue considerada una obra maestra y piedra fundacional de la bossa nova. Aunque ese término aún tardaría cierto tiempo en ser acuñado.

2

Como a todo género musical importante, a la bossa nova no se le puede adjudicar un solo creador ni una sola fuente inspiradora. En su origen y desarrollo creativo encontramos diversos elementos que la nutren y más de un músico practicante que le da forma. Ciertamente no es correcto que a Joao Gilberto se le llame el padre de la bossa nova. Es más que eso: es el genio creador de un estilo musical concebido después de mucho estudio, mucha convivencia y práctica musical y mucha visión.

Para Caetano Veloso, uno de sus más entusiastas seguidores, Joao Gilberto sugirió un cambio para el futuro y puso el pasado en una nueva perspectiva

En los años en que Joao Gilberto andaba experimentando esa nueva sonoridad, los compositores más importantes de Brasil estaban imbuidos en un tipo de canción que se desprendía de la samba, la llamada samba-canción, más lenta y sentimental que el ritmo festivo de carnaval. Estilo que se había iniciado a finales de la década de los años 30 con un halo nacionalista y un deseo por liberarse de las influencias culturales portuguesas. En ese contexto, Ary Barroso escribió la fabulosa Aquarela do Brasil y Antonio Carlos Jobim impuso su L’ Orfeus Daconcesaou,mientras Noel Rosa incendiaba las calles con verdaderas crónicas de la ciudad de Río.

Por eso, cuando Gilberto grabó en 1958 Chega de saudade, autoría de Jobim y Vinicius de Moraes, para el sello Odeón, el tema se registró comosamba canção y no bossa nova. El nuevo ritmo era apenas la idea de un músico solitario.

Mucho hubo de bregar el buen Joao para que tomaran en cuenta su genialidad e imponer su estilo. Trabajando en largas sesiones musicales con Jobim y éste a su vez con el poeta Vinicius de Moraes, el guitarrista y cantor alcanzó un verdadero estado de gracia con canciones que revelan un equilibrio sutil entre el ritmo, la armonía, la melodía y las letras.

Sobria y discreta, con su canto susurrado (canto falado, que le llaman), la bossa nova se fue imponiendo sobre la samba-canción. Ya puesta en escena, no le llevó mucho tiempo para influir en toda una generación de artistas, músicos y cantantes.

Se formaron varios grupos vocales inspirados en las exquisitas armonías de esa nueva música, y la joven cantante Nara Leáo reunió a los músicos que serían las estrellas de la bossa nova. Roberto Menescal, quien apoyó en sus inicios a Joao Gilberto, organizó la primera orquesta de bossa, y artistas distinguidos como los guitarristas Baden Powell, Luis Bonfá y Toquinho, los pianistas Joao Donato, Sergio Méndes y las cantantes Silvia Teles y María Creuza apostaron por esta sonoridad.

La bossa nova era la locura y atraía igualmente al cantante, guitarrista y compositor Edu Lobo (autor de las espléndidas Boranda y Canto triste)que a la expresiva Elis Regina, una de las voces más bellas de la música brasileña. El pianista y cantante Johnny Alf (Alfredo José da Silva) proclamó en un alarde de insensatez como suya la creación de la bossa e intentó demostrarlo con antiguas sambas-canciones de su autoría que entonaba al piano improvisando acordes rebuscados.

El 21 de noviembre de 1962 se organizó un concierto de bossa nova en el Carnegie Hall de Nueva York, en el que se presentó como el nuevo jazz brasileño. Encabezaron el cartel Joao Gilberto, el guitarrista Bola Cete, Luis Bonfa y el pianista argentino Lalo Chifrin. Lo que se escuchó en esa velada impresionó profundamente a músicos de jazz estadunidense como Miles Davis, Dizzi Guilespie y Stan Getz, quien ya tenía conocimiento del movimiento gracias al guitarrista Charlie Byrd, que años antes había realizado una gira por Brasil. A partir de ese encuentro la bossa nova se convertiría en parte integrante del repertorio de jazz.

hic2

 

Palestin

¿Qué es el Día de la Nakba o catástrofe palestina?

Los palestinos recuerdan este martes la catástrofe que forzó el éxodo de miles de personas de su tierra histórica

Un 15 de mayo de 1948 inició el éxodo forzado del pueblo palestino, como consecuencia de la creación del Estado de Israel. Cada año se recuerda el Día de la Nakba o de la catástrofe con protestas y marchas en Palestina y otras partes del mundo.

Este año se conmemora el 70 aniversario de la fecha en que Israel expulsó a más de 800.000 palestinos de sus hogares, asesinó a 13.0000 y destruyó más de 500 aldeas y localidades. El 70 por ciento de los palestinos despojados de sus tierras se convirtieron en refugiados en otros países y el resto en desplazados internos.

 

¿Cómo ocurrió la Nakba o catástrofe?

El 2 de noviembre de 1917 el Gobierno británico aprobó la Declaración de Balfour (nombrada así por el entonces ministro de Exteriores británico, Arthur Balfour). Se trató del primer documento oficial en el que Reino Unido se comprometió a respaldar la creación de «un hogar nacional para el pueblo israelí» en Palestina, cuya población era mayoritariamente árabe antes de 1948.

Cien mil inmigrantes israelíes llegaron en los siguientes años tras la Declaración de Balfour. Luego de la derrota del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial (1914 – 1918), este documento fue respaldado por las potencias aliadas e incluido en 1922 por la Liga de las Naciones (organismo que antecedió a la ONU) en el Mandato Británico sobre Palestina.

El 29 de noviembre de 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de la recién establecida ONU adoptó la resolución 181, en la que aprueba el plan de división de Palestina en un Estado palestino y otro israelí para más tardar el 1 de octubre de 1948. De esta forma se puso fin al mandato británico.

Así era la sivisión de la ONU: El 55 por ciento del territorio para un Estado israelí y el 45 por ciento para un Estado árabe palestino, con la ciudad de Jerusalén bajo gestión internacional.

 

Esta división era solo una recomendación y no era de cumplimiento obligatorio, pues nunca fue elevada al Consejo de Seguridad, cuyas resoluciones son las únicas de carácter vinculante. Además, en ese momento la ONU estaba conformada por 57 países (actualmente tiene casi 200) y las naciones árabes no aceptaron el plan de partición.

Tras el plan de división de la ONU, se desató la violencia contra el pueblo palestino y llegaron a ese territorio inmigrantes israelíes de todas partes del mundo, especialmente de Europa. Entre 1948 y 1949 se forzó el éxodo de 800.000 palestinos: 400.000 desalojados de la zona demarcada para el Estado israelí y otros 400.000 expulsados de tierras arrebatas al Estado palestino.

Más de 400 ciudades y pueblos fueron destruidos Israel entre 1948 y 1950. Además, arrebataron alrededor de 4.244.776 acres de tierra a los palestinos.

La catástrofe continúa

Actualmente, los más de 800.000 pasaron a ser más de cinco millones de refugiados palestinos a quienes se les impide retornar a sus tierras, de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas (ONU). De los 60 millones de refugiados en el mundo, los palestinos representan un 44 por ciento de la cifra.

En la Franja de Gaza, viven 1,2 millones de refugiados palestinos, donde son víctimas de un bloqueo por tierra, mar y aire, por parte de Israel desde 2007, que ha dejado como consecuencia una grave crisis humanitaria.

Los palestinos en Cisjordania son más de 750.000 y viven rodeados de muros, colonias y puestos militares israelíes. Sufren la continua apropiación de sus tierras, la demolición de sus hogares e infraestructuras, así como una restricción sistemática a su libertad de movimiento.

Más de dos millones de refugiados palestinos viven en Jordania, donde cuentan con mayor seguridad que en otros países, gracias a las operaciones de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por su sigla en inglés).

Otro medio millón vive en Siria. Aquí lograron derechos civiles, sociales y económicos desde su llegada en 1948, pero la guerra en este país, que inició en 2011, ha deteriorado su situación.

Alrededor de 174.422 refugiados palestinos han huido a Líbano, según un censo realizado en 2017. En este país no tienen acceso a los servicios sociales púbicos.

Solo en los últimos 20 años Israel ha asesinado a más de 2.000 niños y encarcelado a unos 12.000. El caso de la adolescente de 17 años, Ahed Tamimi, detenida en una prisión israelí, ha puesto la atención internacional en los abusos contra menores palestinos y la joven se ha convertido en ícono de la resistencia.

La embajada de EE.UU. en Jerusalén

Al menos 60 muertos y 2.771 heridos han dejado las protestas de miles de palestinos contra el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, que se realizó este lunes. Se trata de una medida unilateral del Gobierno de Donald Trump, que ha sido rechazada por la comunidad internacional.

La apertura de la embajada, en vísperas del Día de la Nakba, constituye una violación al derecho internacional,  pues en la resolución 181 de la ONU se establece a Jerusalén como una ciudad internacional. El estatus de Jerusalén es parte del conflicto entre Israel y Palestina, pues ambos Estados la reclaman como su capital.

Tras la ocupación israelí en 1948 Jerusalén quedó dividida en dos partes: el este bajo control palestino y el oeste bajo la ocupación de Israel. Pero en 1967, después la Guerra de los Seis Días, Israel le arrebató varios territorios a Palestina, entre ellos Jerusalén Este.

Sin embargo, la ocupación israelí sobre la ciudad de Jerusalén no está reconocida en el derecho internacional.

Desde el pasado 30 de marzo, más de 80 palestinos han sido asesinados y más de ocho mil heridos por la represión del Ejército israelí durante siete semanas consecutivas de laGran Marcha del Retorno en Gaza, para exigir el retorno a sus tierras de los más cinco millones de refugiados.

Desde 1948, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha emitido varias resoluciones sobre la ilegalidad de las colonias israelíes en los territorios ocupados. Pero Israel las ha ignorado y continúa su expansión en Palestina y Medio Oriente.

Fuente: TeleSur

 

hic2

 

Dias6

 

hic2

 

Roberto1

ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR, RETABLO DESDE CUBA

NOTIMEX 27.07.2019

  • Con una obra de más de seis décadas, que le valió ser considerado como un icono de la cultura de su país, el poeta e intelectual cubano Roberto Fernández Retamar (1930-2019), fallecido el sábado pasado, puede ser recordado por su compromiso revolucionario, su sensibilidad poética, pero también, por ser una de las pocas voces que desde la Isla “pudo unir, convocar, polemizar y agitar ideas en contrapunto con buena parte de las letras del continente y más allá”.
  • Así lo recuerda su compatriota, el poeta y dramaturgo Norge Espinosa, quien compartió con Litoral sus reflexiones en torno a una figura fundamental de la cultura de esa nación caribeña, no obstante ser miembro de una generación que, en su momento, “quiso buscar otros dioses y otros héroes”. Por suerte, dice, a estas alturas puede leerlo más allá de esas primeras fiebres y apreciarlo como el poeta lírico que es de su interés, más allá de convenciones pre-establecidas sobre su legado.
  • “Podría decir que ‘el Roberto que yo conocí’ era una mezcla de su figura pública y el hombre de familia, y es que, más allá de leer su poesía y de forjarme un criterio sobre esas páginas y sus ensayos, tuve la suerte de conocerlo en ropa de andar por su casa, cuando visitaba a su hija, la narradora Laidi Fernández de Juan, a quien me une una amistad que casi llega a ser cosa de hermanos. En medio de ello estaba Roberto y su esposa Adelaida de Juan, con quienes siempre se podía no sólo hablar, sino aprender algo.
  • “También, por supuesto, traté al Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas, al intelectual comprometido que fue de manera constante, y que estaba de vuelta de los elogios, estudios, análisis y polémicas que su nombre había sabido provocar”, rememora Espinosa, quien en los años 80 pertenecía a una generación que, como es costumbre, buscaba nuevos dioses y nombres a quienes venerar y derrocar.
  • En ese sentido, aclara, “Roberto fue siempre tratado con respeto, incluso cuando disentíamos de alguno de sus posicionamientos, porque en él era la persona y la obra, aunque ahora mismo yo apueste por esa imagen más íntima de un hombre que me enseñó a entender el valor de la diplomacia”.
  • Sobre la importancia de su obra dentro y fuera de Cuba, Espinosa considera que él mismo devino en un perfil de aquello que Paul Sartre llamaba el intelectual comprometido; sus libros son estudiados y citados en numerosos ámbitos académicos. Dentro del coloquialismo o mejor, el conversacionalismo que abundó en la literatura cubana de los años 60 hasta bastante avanzados los 80, durante los cuales él se convirtió en una referencia ineludible.Espinosa se detiene un momento para rememorar cuando Ramón Fernández-Larrea, un poeta de su generación, escribió unos versos que, usando casi sus mismas palabras, discutían uno de los poemas más famosos de Fernández Retamar, lo cual era no sólo un desafío, sino también una manera de extender en el tiempo y hacia otras discusiones lo que él aportó.
  • “Creo que así lo entendía también Roberto, que siempre tuvo el oído atento a lo que los más jóvenes escribían. Su bien conocido ensayo, Calibán, marca un punto de inflexión en un campo de ideas que regresa a los debates constantemente. Y, sin embargo, prefiero volver a sus primeros poemas, antecedentes de otros tan recopilados en antologías como Felices los normales o ¿Y Fernández?, para hacerme una idea más completa de la persona que fue.
  • Lo cierto, concede, es que mírese como se mire, no va a haber otro Roberto Fernández Retamar, como tampoco habrá un segundo o tercer Nicolás Guillén; la literatura cubana ha ido perdiendo a muchas de sus figuras tutelares y el desafío que ellas lanzaron sigue aún en pie. La poesía misma ya no ocupa el centro de atención que alguna vez tuvo en Cuba, aunque poetas como Delfín Prats, o Reina María Rodríguez, siempre merezcan ser releídos. Ahora, él mismo tendrá que ser leído en otra dimensión y sospecho que desde ahí aumentarán los retos, las certezas y las interrogantes que permitan entender su altura.
  • Fernández Retamar formó parte de los jóvenes poetas que llegaron a publicar en la revista Orígenes, y Cintio Vitier lo citó y lo antologó. Convive entonces, de alguna manera, con los aportes de José Lezama Lima, Gastón Baquero, Eliseo Diego, Fina García-Marruz, Ángel Gaztelu, Lorenzo García Vega, Virgilio Piñera y Octavio Smith, al tiempo que se desmarca de ellos dada su juventud y las experiencias primeras que revelaba en su poesía, en la que siempre despuntó su madurez.
  • Fue un poeta que escogió sabiamente sus lecturas y sus influencias; César Vallejo, entre ellas, esencial, que lo guiaría luego con mano más firme hacia el Conversacionalismo. Pero fue también un lector devoto de Julián del Casal, a quien el grupo Orígenes convirtió en todo un símbolo. Si ese grupo quiso darle a la poesía cubana un estado de trascendentalismo, como él mismo dijo de sus integrantes en su ensayo La poesía contemporánea en Cuba (1954), compartió con esos autores esa voluntad de dar a la poesía una mayor conciencia de rigor y otra clase de utilidad, asegura el autor del poemario Las estrategias del Páramo, que recopila poesía escrita entre 1989 y 1997.
  • “Recuerdo alguna vez que me hizo sonrojar cuando me dedicó, durante una lectura de poemas al aire libre, un texto suyo que recordaba a Federico García Lorca. Tengo recuerdo también de su trato, su afecto y su respeto”. “Ahora mismo”, añade Espinosa, “tras su fallecimiento, aparecen anécdotas muy diversas de quienes le trataron y fueron sus colegas. Cada quien recuerda su Roberto, me digo. Y creo que eso nos ayudará a irnos forjando una imagen más nítida de la persona que fue, por encima de cualquier encasillamiento.
  • “La responsabilidad que nos deja es la de leerlo y recordarlo como un escritor y un intelectual que se concentró en hacer una Obra, en medio de contingencias que a veces aceleraron su mano y otras la hicieron detenerse para redactar manifiestos, editoriales, réplicas, cartas, que también habrá que integrar a su perfil. Detrás de eso, de las anécdotas, del eco de la batalla, estaba un poeta. Encontrarlo nuevamente y leer todo lo demás desde ahí, es el próximo desafío”, concluye Espinosa, merecedor entre otras distinciones de la Orden por la Cultura Nacional que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.
  • (…)
  • Una de sus obras más importantes fue Calibán, ensayo en el que aboga por una relectura de la historia desde el punto de vista del explotado y colonizado, al tiempo que indaga en algunas claves del espacio geográfico y cultural de Latinoamérica, el cual pasó a formar parte del programa de estudios de diversas universidades de América Latina y Estados Unidos. Se dice que su obra ha sido traducida en países como Alemania, Bulgaria, Brasil, Checoslovaquia, Corea, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Jamaica, Polonia, Portugal y la ex Unión Soviética.
  • Fundó y dirigió el Centro de Estudios Martianos, en 1977, fue Miembro de la Academia Cubana de la Lengua, la cual dirigió hasta su muerte, momento en el cual también era miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua. En el ámbito político fue diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado de la República Cubana, entre 1998 y 2013. Al momento de su muerte contaba con 89 años. Por decisión de su familia, sus restos fueron cremados y lanzados al mar.
hic2

Tribuna Comunista No. 34

EditCOM

hic2

¡Ay, cabrón! O sea ¿que nunca seremos originales?

Piropo

hic2

Estados Unidos, Bernie Sanders

«La libertad es un valor socialista democrático»

27/06/2019 | Paul Heideman

 En su discurso del 12 de junio, el senador Bernie Sanders se negó a aceptar la libertad como un valor de la derecha, y expuso todas las formas en que el capitalismo limita la libertad de las y los trabajadores ordinarios.

Esta última defensa del socialismo democrático de Bernie Sanders fue un ataque frontal contra un gran número de los clichés que sirven para gobernar la política estadounidense. Su propio título, ”Cómo el socialismo democrático es la única manera de derrotar la oligarquía y el autoritarismo”, ha suscitado la incomprensión y la risa de sus principales competidores demócratas[1]. El senador por Colorado Michael Bennet, una de las muchas mediocridades nebulosas que invaden el campo democrático [24 candidatos/as], le dijo a un reportero: «Ni siquiera creo que el pueblo estadounidense sepa lo que significa eso…», «Nadie en mi municipio habla de socialismo democrático contra la oligarquía y el autoritarismo».

Aunque siempre es instructivo ver a un político hablar sobre lo que sus electores no comprenden, Bennet habría hecho bien yendo más allá del título del discurso de Sanders y escuchar su contenido real. La mayor parte de la charla se centró en temas que la mayor parte de su electorado entiende demasiado bien: el endeudamiento por los cuidados de salud, el aumento vertiginoso del coste de la vivienda, el exceso de trabajo y los empleos que literalmente roban la vida de los pobres.

Sin embargo, lo más notable en el discurso de Sanders sobre estas cuestiones, es cómo las planteó. Todas estas injusticias del capitalismo, argumentó, son ataques a la libertad de las personas.

Durante mucho tiempo, la libertad parecía ser el territorio ideológico de la derecha. La famosa defensa del capitalismo de Milton Friedman se llamó Capitalismo y libertad [Ed. Rialp, 1966, ndt]. Y en la izquierda, muchos han contribuido a ello, rechazando la autonomía, las elecciones y la libertad como «valores burgueses», incompatibles con el socialismo.

El resultado de todo ello era una postura necesariamente defensiva. En lugar de argumentar que el capitalismo estaba violando los valores de la gente, demasiada gente de la izquierda argumentaba que las personas deberían tener valores diferentes. Como era de esperar, se convencía a poca gente.

En su discurso de ayer, Sanders adoptó un enfoque opuesto, planteando las siguientes cuestiones:

  • ¿Eres realmente libre si no puedes ir al médico cuando estás enfermo, o si te enfrentas a una quiebra financiera cuando sales del hospital?
  • ¿Eres realmente libre si no puedes pagar las medicinas recetadas que necesitas para seguir viviendo?
  • ¿Eres realmente libre cuando gastas la mitad de tus limitados ingresos en vivienda y te ves obligado a pedir dinero prestado a una agencia de crédito (según tu salario) a una tasa de interés del 200%?
  • ¿Eres realmente libre si tienes setenta años y te ves obligado a trabajar porque no tienes una pensión o no tienes suficiente dinero para jubilarte?
  • ¿Eres realmente libre si no puedes ir a la universidad o a una escuela de formación profesional porque tu familia no tiene los ingresos necesarios?
  • ¿Eres realmente libre si te obligan a trabajar sesenta u ochenta horas a la semana porque no puedes encontrar un trabajo que pague un salario digno?
  • ¿Eres realmente libre si eres madre o padre con un recién nacido, pero estás obligado a volver a trabajar inmediatamente después del nacimiento porque no tienes un permiso familiar pagado?
  • ¿Eres realmente libre si eres propietario de una pequeña empresa o agricultor familiar que tiene que cerrar por las prácticas monopólicas de las grandes empresas?
  • ¿Eres realmente libre si eres un veterano que arriesgó su vida para defender este país y ahora estás durmiendo en la calle?[2]

Con todo esto, Sanders ha abordado uno de los principales dogmas del capitalismo contemporáneo: que aumente la libertad.

La mayoría de los estadounidenses, sin embargo, no lo viven de esta manera. La deuda acumulada como resultado de los préstamos para estudios no es sinónimo de libertad. La pérdida del seguro de enfermedad porque cambió de trabajo no lo es. El racionamiento de la insulina porque es demasiado cara no es lo que la mayoría de las personas piensa cuando piensan en la libertad. Lejos del capitalismo, la libertad es un valor que para la mayoría de nosotros nunca se realizará.

El énfasis de Sanders en la libertad como valor socialista es también lo que le permite conectar las muchas manifestaciones de las diferentes patologías del capitalismo. Cuando habla del surgimiento de líderes autoritarios como Viktor Orbán y Jair Bolsonaro, no los presenta como populistas poco liberales, sino más bien como manifestaciones diferentes de la misma amenaza a la libertad representada por el 1% en Estados Unidos. Cuando aplaude a las mujeres que luchan por el derecho al aborto y a los inmigrantes que luchan contra la máquina de deportación y detención, elogia sus luchas en varios frentes con el objetivo de ampliar las libertades de las personas.

Sanders se niega a estar a la defensiva en su defensa del socialismo democrático. Los opositores capitalistas de Sanders lo ven como su principal debilidad. Pero confiando haber encontrado ahí el punto su punto débil, no comprendren que es Sanders quien ha encontrado el punto débil de ellos.

————–

Notas:

[1] Los dos primeros debates televisados para las primarias demócratas tendrán lugar el 26 y 27 de junio en Miami. De los 24 candidatos nominados para la nominación demócrata, Bernie Sanders se encuentra constantemente en el trío de cabeza de las encuestas: detrás del ex-vicepresidente Joe Biden y poco antes de la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts. (RedacciónA l’Encontre)

[2] También ha añadido: «Hoy en día, propongo completar el trabajo inacabado de Franklin Roosevelt y el Partido Demócrata, haciendo valer una declaración de los derechos económicos del siglo XXI. Ello significa el derecho a un trabajo con un salario decente; el derecho a la seguridad social; el derecho a una educación de calidad; el derecho a una vivienda asequible; el derecho a un medio ambiente limpio; y el derecho a una jubilación garantizada. (Redacción A l’Encontre)

————-

Paul Heideman ha realizado un doctorado en estudios americanos de la Universidad Rutgers-Newmark.

25/06/2015

Redacción: Viento Sur

Etats-Unis-débat. Bernie Sanders: «La liberté est une valeur socialiste démocrate»

Artículo original: https://www.jacobinmag.com/2019/06/bernie-sanders-democratic-socialism-freedom

 

hic2

 

ENCUESTA

 

hic2

 

eutanasia

hic2

 

Las izquierdas negadas por la «cuarta transformación»

06/06/2019 | Massimo Modonesi

En el contexto de la proclamada cuarta transformación de México, el discurso de Andrés Manuel López Obrador tiende a negar la existencia de la izquierda, ya sea como posición político-ideológica en abstracto o como encarnación en grupos y movimientos que ostenten cierto grado de autonomía y radicalidad. La disputa respecto del significado y el lugar de la izquierda está atravesada por la tensión entre distintas acepciones y contenidos, pero también entre lógicas políticas tendencialmente divergentes como son las de la hegemonía y la autonomía.

Transformadores versus conservadores

La ex-presidenta argentina Cristina Kirchner solía decir que a su izquierda solo estaba la pared. De forma análoga, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), desde el primer semestre de su mandato de gobierno, etiquetó como «conservadores» tanto a los sectores acomodados que llama burlonamente «fifís» como a los «radicales» de izquierda, refiriéndose, en particular, a un sector disidente del magisterio y a grupos opositores a megaproyectos. Es indudable que, a su derecha, existen y actúan políticamente clases y grupos históricamente dominantes que no aceptaron la invitación a sumarse a la llamada cuarta transformación, así como sectores medios y altos que no comulgan con el obradorismo y que rechazan más su estilo plebeyo que su programa moderadamente reformista. Definirlos como conservadores es una manera de colocarse del lado de la Reforma y la Revolución, en mayúsculas, como referencias históricas (la segunda y la tercera transformaciones, según el conteo de AMLO), y de delimitar una práctica política que quiere modular, en función de las circunstancias y los interlocutores, el grado de profundidad del cambio. De cara a los conservadores de derecha, se perfila una definición del obradorismo por izquierda, una delimitación geométrica que se sustenta a partir de dos clivajes fundamentales de clásica raigambre antioligárquica: el nacionalismo y el justicialismo. Ambos posicionamientos, revitalizados por las luchas antineoliberales desde la década de 1990, se resuelven a partir del fortalecimiento del Estado como portador del interés general, capaz de intervenir en clave nacionalizadora y redistributiva. En esta definición histórica e ideológica por defecto, el no conservadurismo de AMLO se coloca entre el liberalismo reformista decimonónico y el nacionalismo revolucionario, rehuyendo sistemáticamente una ubicación a partir de la etiqueta de izquierda, así como otros sucedáneos como socialdemocracia, posneoliberalismo y, más aún, socialismo y anticapitalismo. Esta colocación aparentemente aséptica podría asimilarlo a la tradición del centrismo priísta, si no fuera porque se retroalimenta de un rasgo típicamente progresista latinoamericano al reivindicar explícitamente un perfil antineoliberal, aunque se limite a pregonar algo similar a lo que Néstor Kirchner llamaba un capitalismo en serio, invitando a los empresarios honestos a sumarse al concierto nacional y popular, gesto que recuerda toda una tradición del México de la revolución institucionalizada.

La combinación entre ambigüedad interclasista e inflexión progresista antineoliberal y nacional-popular puede resultar precaria e inestable pero, por lo pronto, a partir de la indiscutible legitimidad de una jornada electoral que canalizó agravios y esperanzas de mediana y larga duración, les otorga a AMLO y a su gobierno una centralidad desde la cual se busca construir y ejercer hegemonía, ensanchar el consenso y, al mismo tiempo, delimitar su perímetro hacia la izquierda.

Si hacia la derecha se busca tejer alianzas y formas de cooperación con sectores empresariales y otras fracciones de las clases dominantes, asumiendo una diferencia de origen y de colocación social –que no de clase, ya que este concepto no pertenece al lenguaje de la cuarta transformación–, hacia la izquierda se pretende y se exige no quebrar la unidad del pueblo –la palabra mágica de la subjetivación política obradorista–, no caer en la tentación particularista y someterse al interés general y a aquellos que concretamente lo representan y formulan desde el lugar que les corresponde, es decir, el del gobierno y el aparato estatal, lugares donde se formulan e impulsan las políticas públicas destinadas a producir la anhelada «regeneración nacional».

El epíteto de «conservadores» surge, por lo tanto, de una definición histórica o ideológica cuyo uso sirve para descalificar –hacia la derecha y hacia la izquierda– a todo opositor de la iniciativa reformadora y transformadora, propiciando una sobreposición que confunde y, por lo tanto, niega no solo legitimidad sino todo rasgo propiamente izquierdista a los actores y movimientos sociopolíticos autónomos y eventual o potencialmente más radicales.

La izquierda obradorista

Otra izquierda tendencialmente negada en el proceso de la cuarta transformación es la izquierda de Morena. Efectivamente, esta parece ser una entelequia, invisibilizada en términos de la ausencia de un debate dentro y fuera de las instancias partidarias, pero evocada, episódica y abstractamente, como contrapeso interno y de base, frente a la infiltración de oportunistas y otros residuos priístas y perredistas. Al mismo tiempo, Morena en su conjunto (y la supuesta izquierda en su interior), a menudo confundiendo la organización y el movimiento de masa, es a veces invocada como lugar de agregación del obradorismo puro y duro, como trinchera frente a los compromisos contraídos en aras de alcanzar el Palacio de Gobierno y como garantía de la profundidad de la cuarta transformación. Sin embargo, la virtual inexistencia de la vida partidaria, en estos primeros meses de gobierno, es notable no solo en términos de la falta de iniciativas, movilizaciones o debates, sino por el sensible debilitamiento del andamiaje dirigente, drenado por las necesidades de cubrir cargos de gobierno y de representación. Por otra parte, se estancó apenas nacer la apuesta por la educación política de masas a través del instituto ad hoc, instancia aprobada por el último Congreso, como contrapunto moral a la tendencia a convertirse en un partido-aparato electoral y de formación y colocación de cuadros en gobiernos, congresos y otras instituciones públicas, o una agencia de empleo público a la par de los otros partidos del espectro parlamentario. Sin embargo, a pesar de su negación, no deja de existir una izquierda difusa en Morena y en el obradorismo en general; una presencia etérea que se percibe entre votantes, simpatizantes, militantes y algunos sectores, personalidades o intelectuales que circulan en los grupos dirigentes y pueden ostentar un mayor o menor grado de influencia o cercanía con el Príncipe.

Si los militantes tienen oportunidades de pesar en ocasión de los congresos partidarios, los votantes y los simpatizantes pertenecen a una zona de frontera, con un pie en el palacio, en la apertura de crédito respecto de la cuarta transformación, pero sin la contención de la disciplina y los intereses partidarios y, por lo tanto, más expuestos a la decepción respecto de expectativas a todas luces muy elevadas, es decir, con un pie potencialmente en la calle, en la inconformidad y la protesta.

Entre los grupos dirigentes del partido, como antesala a su actual ubicación en alguna secretaría de Estado u otro puesto, no deja de haberse colado algún personaje con credenciales de izquierda, por sensibilidad o por antecedentes militantes. Ello, sin embargo, no se tradujo en una posición conjunta y articulada y, menos aún, crítica, ya que prima la lógica de operar silenciosamente desde adentro, sosteniendo o impulsando algunas líneas o políticas, además, obviamente, de su propia carrera profesional o su capital político. La reducida intelectualidad izquierdo-morenista, por su parte, se fue acomodando en distintos lugares más o menos estratégicos, desde los cuales cada quien, según los casos y las inclinaciones, impulsa iniciativas culturales y educativas, teje relaciones internacionales, produce textos en defensa o de apología de la «cuarta transformación» o cuida la moralidad del proceso.

Por último, un lugar importante a la izquierda del obradorismo ocupan aquellas organizaciones sociales que invirtieron su independencia y su combatividad antineoliberal en la alianza electoral y de gobierno con AMLO en el marco de la cuarta transformación. En algunos casos han resguardado una autonomía organizacional y cierto margen de maniobra, como el que ejerció la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en ocasión de la abrogación parcial de la reforma educativa aprobada por el gobierno anterior. En esta lógica pragmática y con mayores grados de subalternidad que este sector del magisterio, se sitúan organizaciones campesinas y una fracción del movimiento obrero –bajo el paraguas del sindicato minero y de su líder, Napoleón Gómez Urrutia–. Sin pertenecer todavía orgánicamente al obradorismo, estas organizaciones sociales se mantienen en su órbita y contribuyen a inclinar hacia la izquierda el campo de irradiación hegemónica de la «cuarta transformación».

Independientemente de izquierda

Afuera y a la izquierda del creciente perímetro de influencia de Morena y la cuarta transformación, existen diversos actores, disgregados y aparentemente minoritarios, que se caracterizan por mantener una distancia crítica, sostener una independencia organizacional y preservar cierta capacidad de movilización.

Se trata de un archipiélago disperso por el cual transitan sectores con grado muy dispares de organización, politización y radicalidad. Señalo, para fines expositivos y sin pretensión de exhaustividad, cinco polos relativamente autónomos respecto del obradorismo.

En primer lugar, los movimientos por la defensa del territorio, surgidos contra los megaproyectos socioambientales, buena parte de los cuales están anclados en comunidades indígenas de comprobada capacidad de resistencia. A pesar de la postura de AMLO respecto del fracking y los transgénicos, es evidente que su gobierno sigue el camino neodesarrollista ya ensayado por los gobiernos progresistas del Cono Sur en las últimas décadas, con sus consecuencias en términos de acumulación capitalista, pero también de despojo del territorio y luchas socioambientales. El caso de la termoeléctrica de Huexca inauguró esta línea de conflicto que el proyecto estratégico del Tren Maya promete prolongar a todo el sexenio.

En segundo lugar, los sindicatos de trabajadores que impulsan demandas de redistribución y de justicia social, las cuales difícilmente podrán ser contenidas en una estricta lógica de negociación salarial en el contexto de la austeridad y los recortes en el sector público implementados por el gobierno, junto con una política de empleo de corte asistencial (bonos y becas) y en ausencia de un ciclo económico favorable. Tanto el magisterio disidente como los trabajadores organizados –en particular, empleados públicos y obreros de maquiladoras del norte– pueden abrir un flanco de conflictividad permanente y arruinar así la pax interclasista. Esta dinámica de reivindicaciones puede mantenerse en el plano gremial o confluir y retroalimentar un cuestionamiento más integral de los límites redistributivos de la cuarta transformación. Algo similar puede ocurrir dentro del movimiento campesino, aun cuando allí son más fuertes los lazos neocorporativos con Morena y más concretas y realizables algunas de las promesas sancionadas en el programa de gobierno.

En tercer lugar, el universo de las ONG, que si bien alberga diversas realidades –algunas de ellas cuestionables–, también es el crisol de múltiples expresiones de acompañamiento de luchas sociales y de derechos humanos que conforman en sí mismas un formato específico de lucha, que no solo opera en la interfaz institucional sino que se entrelaza con instancias desde abajo. Más allá del recorte presupuestal a las ONG, es evidente la desconfianza respecto de la «cuarta transformación» entre grupos que defienden causas igualitarias y libertarias. Si bien muchos activistas reconocen y valoran la oportunidad que ofrece la llegada de este gobierno para colocar en la agenda temas y reformas de corte progresista, al mismo tiempo es evidente que defienden celosamente su autonomía y, sobre puntos específicos, diversas instancias postulan acciones más consecuentes y radicales y critican abiertamente los límites de la acción del gobierno.

En cuarto lugar, dos vastos sectores sociales: los jóvenes (en particular los universitarios) y las mujeres (feministas). A pesar de tener cada uno un grado de organización y articulación fragmentario, no dejan de albergar, de forma latente o como resistencia cotidiana, un gran potencial de movilización y de politización que tendencialmente escapa a la penetración hegemónica del obradorismo. En efecto, en las franjas más activas y politizadas causa rechazo el formato asistencial y centralizador que caracteriza las políticas públicas de la «cuarta transformación», así como la falta de sensibilidad en temas de aborto y de diversidad sexual, por una parte, y la ausencia de radicalidad transformadora, de apertura hacia la participación autónoma, así como de profundo recambio generacional, por la otra. Más allá de su heterogeneidad, se trata de sectores que se entrecruzan, en los cuales florece el principio de autonomía y de crítica, donde anidan procesos de politización y se reproducen núcleos de militantes y activistas. En este sentido, dinámicas de movilización estudiantil y feminista pueden eventualmente emerger y estar en condición de cuestionar la cuarta transformación desde instancias igualitarias y libertarias, a través de coyunturas de intensa movilización, así como de su expresión cotidiana, en clave de opinión pública, en particular en las redes sociales.

Por último, hay que registrar la dificultad que, en México más que en otros países de América Latina como Argentina y Brasil, encuentran grupos y organizaciones socialistas para sostener la conformación de un polo de agregación de una oposición de corte anticapitalista. En medio de la existencia de grupos izquierdistas con mayor o menor vitalidad y con una común influencia escasa sobre las masas, trató de ocupar este lugar la iniciativa de la candidatura independiente de Marichuy por parte del Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que buscó revitalizar y sumar las resistencias y las luchas en defensa del territorio. Al mismo tiempo, los límites de la propuesta y las dificultades para que prosperara son sintomáticos de una coyuntura desfavorable tanto en términos de ciclos políticos largos como en relación con el momento obradorista. Mientras este está transcurriendo, no se ha conformado un lugar de convergencia, ni aun de carácter federativo, que contraste la tendencia epocal a la dispersión y despolitización de las luchas sociales. Al mismo tiempo, en la medida en que, como diría Gramsci, podemos prever el conflicto pero no sus formas, no se puede descartar que un repunte de la conflictividad a la izquierda de la cuarta transformación genere las condiciones propicias para revitalizar la crítica anticapitalista y favorecer la creación de un polo de oposición de corte socialista.

En conclusión, más allá de los contenidos de mayor o menor alcance transformador de la cuarta transformación, una clave de lectura del actual momento de composición y recomposición política del campo de las izquierdas, negadas pero existentes, es la subyacente tensión entre un proyecto hegemónico que pretende convencer y fagocitar y unas instancias autónomas que se resisten a ser asimiladas.

Las izquierdas negadas por la lógica hegemónica no tardarán en manifestarse con mayor vigor conforme se hagan evidentes las contradicciones del equilibrismo progresista. Al mismo tiempo, nada garantiza que, paradójicamente, no terminen negándose a sí mismas como posibles hegemonías alternativas, se mantengan como meras contrahegemonías y no sepan generar un proceso de acumulación de fuerzas, no solo de cara al centrismo nacional-popular obradorista sino, como ha mostrado el fin del ciclo progresista latinoamericano, frente a la amenaza de una reacción de corte derechista.

Mayo 2019

https://nuso.org/articulo/mexico-izquierdas-amlo/?utm_source=email&utm_medium=email

 

hic2

Marta

 

Adiós a Marta Harnecker, figura central de la izquierda en AL

la Redacción | domingo, 16 jun 2019 08:41/Publicado por La Jornada.

 Ciudad de México. Este sábado falleció una de las figuras más importantes de la izquierda latinoamericana, la sicóloga, investigadora, educadora y autora Marta Harnecker, quien publicó más de 80 libros sobre política, marxismo y filosofía, entre los que figura Conceptos elementales del materialismo histórico, escrito en 1969 y que ya superó las 70 ediciones. Centrada en el analisis del movimiento obrero y la elaboración de abundante documentación formativa, fue colaboradora de los movimientos populares en América Latina.

El ministro de Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas, y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador estuvieron entre los primeros en ofrecer sus condolencias.

La activista nació en Chile en 1937 y ahí sobrevivió al golpe militar contra el gobierno socialista de Salvador Allende, derrocado por la dictadura militar de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973. Después se refugió en Cuba.

Hija de migrantes austriacos que hicieron su hogar en Chile en 1937, fue educada en la infancia en la fe católica. Harnecker estudió sicología en la Universidad Católica de Chile en 1962. Hizo estudios de posgrado en París, donde conoció a Paul Ricoeur y Louis Althusser. A su regreso a Chile, en 1968, fue profesora de materialismo histórico y economía política en sociología de la Universidad de Chile y directora del semanario político Chile Hoy.

En 1960 visitó Cuba y quedó impresionada. A raíz de la prohibición de divulgar las experiencias que tuvo en la isla, de acuerdo con quienes la conocieron, se alejó del catolicismo militante de sus compañeros de Acción Católica, grupo del que era miembro, pues le prohibieron hablar de la revolución encabezada por Fidel Castro.

En 1962 obtuvo una beca que le permitió conocer en Francia a Louis Althusser –pilar en la renovación del marxismo occidental–quien no sólo le enseñó que podía conservar su fe católica y al mismo tiempo ser marxista, sino también los argumentos en favor del socialismo científico.

Harnecker regresó a Chile en 1968. Se integró a la organización revolucionaria Ranquil; después pasó a militar en las filas del Partido Socialista y se incorporó al movimiento estudiantil en la universidad.

Decepcionada por las bizantinas discusiones del ambiente académico que ella apreciaba exageradamente centrado en la teoría y el concepto del marxismo, decidió redirigir sus esfuerzos en la formación marxista de obreros y campesinos. De su experiencia en estas labores se sintetizaron sus conocidos trabajos de divulgación.

Sobre ese retorno de Francia a Chile comentó en una entrevista: Yo pensaba que a mi regreso a Chile podría ganarme la vida como traductora de francés. Nunca pensé que iba a poder llegar a ser profesora universitaria y que iba a poder vivir del marxismo. Pero llegué en un momento de plena reforma universitaria y el marxismo empezaba a ser por primera vez materia de estudio en la universidad. Fueron años de auge del pensamiento de izquierda. En ese momento, gracias a mi libro, llegué a ser profesora y parte del grupo de académicos que discutía un currículo marxista para esa universidad. En ese grupo estaba Clodomiro Almeida, que luego fue canciller de Allende.

Son muchos los militantes de izquierda que se formaron políticamente con sus obras. Su libro Conceptos elementales del materialismo histórico, escrito en 1969, ha sido parte de la formación de los militantes de izquierda del continente desde que se publicó por primera vez.

En una entrevista concedida al periodista Rodrigo Ruiz el 14 de julio de 2014, Harnecker explicó la forma en que la teoría que estudió en Francia se volvió práctica a su regreso a América Latina: “Yo escribí mi primer libro en París, teniendo un conocimiento muy vago de la realidad latinoamericana. Sólo conocía mi propio país, Chile, y no lo conocía en profundidad. Las reflexiones e informaciones que se encuentran en mi último libro, Un mundo a construir, (nuevos caminos), han surgido luego de haber entrevistado a más de 100 dirigentes políticos y sociales de nuestra región, varios de los cuales ocupan hoy altos cargos en el sistema político en sus respectivos países. Una diferencia abismal, ¿no crees? Por ello creo que el libro ayudará a que mucha gente que conoció a la Marta de Los conceptos elementales…, y no leyó otras cosas suyas posteriores, ahora vea a la otra Marta que ha aprendido tanto de las luchas de nuestros pueblos y que propicia esa nueva cultura de la izquierda que tanto necesitamos”.

A la pregunta de por qué decidió formarse como sicóloga antes de conocer el socialismo, la intelectual respondió: No me acuerdo exactamente. Quise estudiar sicología para ayudar a resolver los pro-blemas de los demás, pero muy pronto me doy cuenta que ser sicólogo significa oír y no imponer tu personalidad, pero yo soy completamente lo contrario de eso. No es que no sea capaz de escuchar, pero lo que me gusta es transmitir valores, ideas, pasiones, hablar y comunicar. Terminé de profesora de sicología. Nunca atendí gente. Claro que la sicología me sirvió muchísimo, especialmente en mi vocación de periodista.

Fue directora del Centro de Investigaciones Memoria Popular Latinoamericana de La Habana y del Centro Internacional Miranda en Caracas.

Después del golpe de Estado de 1973, se exilió en Cuba, donde se casó con el comandante Manuel Piñeiro con quien tuvo una hija.

Ahí vivió el periodo especial al que Estados Unidos condenó a ese país, y calificó de “admirable la forma como Cuba afrontó la caída del socialismo en Europa del Este y la Unión Soviética.

Luego de quedar viuda en 1998, Harnecker continuó con su carrera de investigadora, y además de involucrarse en las problemáticas de campesinos y obreros, buscó testimonios y experiencias de dirigentes políticos latinoamericanos que forman parte de los artículos y textos que son hoy material de estudios en múltiples universidades del mundo.

Entre esas experiencias se encuentra la de Venezuela, ya que fue asesora del presidente Hugo Chávez y del Ministerio del Poder Popular, donde formó parte del equipo de dirección del Centro Internacional Miranda en Caracas.

Durante su estancia en el país sudamericano pudo analizar el florecimiento de las luchas populares en América latina. Asimismo, el presidente de la República Bolivariana, Nicolás Maduro, le entregó el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2014.

Marta Harnecker demostró que el socialismo no es un proyecto pensable sin la lucha y que no se puede hacer desde arriba, ya que de-be ser el producto de las luchas del movimiento de los pueblos y clases dominadas, opinó la publicación venezolana Así somos.

“En este sentido, ella es una auténtica marxista, continuando la labor iniciada por Marx, sin temor de enriquecerla –con la toma en cuenta permanente de lo que es nuevo en la realidad del mundo, del capitalismo, del imperialismo, delas luchas–, renovando así las conceptualizaciones, las propuestas teóricas y las relativas a las estrategias de acción”, señaló en un artículo el economista egipcio recientemente fallecido Samir Amin, .

Ella ayudó a dar al marxismo vivo una dimensión latinoamericana, como otros le han dado una dimensión asiática o africana. Marta Harnecker ayudó a dar al marxismo la dimensión universal que debe ser la suya; ayudó a que sea oído por lagran mayoría de los pueblos del mundo, que son los de los tres continentes. Ella logró hacer escapar al marxismo de una reclusión eurocéntrica mortal. La experiencia de los avances en las luchas de los pueblos de América Latina, han allanado el camino en las últimas décadas, mediante el pensamiento teórico de Harnecker, el cual ha sido decisivo en este sentido, subrayó Amin. 

Obras más reconocidas

Fue integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Como autora, Harnecker tiene 82 libros entre los que destacan: El capital: conceptos fundamentales (1971), Cuba: ¿dictadura o democracia? (1975), Pueblos en armas (1983), La revolución social (Lenin y América Latina) (1985), ¿Qué es la sociedad?(1986); Indígenas, cristianos y estudiantes en la revolución (1987); América Latina: Izquierda y crisis actual (1990); Haciendo camino al andar (1995); Haciendo posible lo imposible: La izquierda en el umbral del siglo XXI (1999); Reconstruyendo la izquierda (2006) y Un mundo a construir (nuevos caminos) (2013), por el que obtuvo el Premio Libertador al Pensamiento Crítico.

Harnecker, quien padeció cáncer, pasó sus últimos años entre Cuba donde reside su hija y Canadá, junto a su esposo, el destacado intelectual Michael Lebowitz.

La entrevista de Ruiz apareció en un libro editado por Gerardo L. Munck y Martín Tanaka sobre las voces del pensamiento político en América Latina.

Las obras completas de Marta Harnecker están publicadas en el portal Rebelión.org en la liga http://www.rebelion.org/noticia.php?id=87882

 

hic2

 

LOBO1

hic2

 

Cabeza1

hic2

Francésco Indovina:

LA IGUALDAD ES EL PRIMER LADRILLO 

PARA RECONSTRUIR LA IZQUIERDA

Si queremos reconstruir una perspectiva de izquierdas, el primer ladrillo no puede ser otro que la igualdad, entendida no como concepto económico estrecho sino como una tormenta regeneradora que aportaría agitación y resurgimiento al conjunto de la sociedad.

La igualdad no debería suponer un castigo ni forma alguna de gravamen a los que tienen mucho —como un impuesto sobre la riqueza — con el fin de dar a los que tienen menos. Esa redistribución resulta desde luego necesaria, pero no es el núcleo de la cuestión. Si la igualdad no se convierte en un creación que permee la sociedad, una dimensión que discurra por todas sus estructuras, un hábito, un modo de pensar, una cultura en sí misma, producirá reacciones negativas y será rechazada, no sólo por parte de los que se preocupan por su opulencia sino también por quienes temen que podrían verse afectados por ella en el futuro, o los que se sienten disminuidos porque se les diga que son meramente iguales, o quienes piensan que una estricta meritocracia debería ser el principio organizador de la sociedad, porque —sostienen—las diferencias sociales surgen de cuánto esfuerzo ha puesto cada cual y cuánto ha sacrificado cada quien.

Estos engañosos argumentos son manifestaciones de la forma de pensamiento hoy dominante, que no se propone otorgarnos libertad sino mantenernos en una situación de sumisión, o, además, de autosumisión. Esta hegemonía cultural es la que se ha de combatir, y debe reemplazarla una cultura de igualdad. 

Igualdad no quiere decir masificación ni reducción de la diversidad a la uniformidad. Por el contrario, es un terreno fértil en el que la individualidad puede explorar plenamente sus posibilidades y puede regocijarse por sus diferencias y sentirse exaltado por ellas. Igualdad e individualidad deben mantener una relación simbiótica, y sólo en este marco se puede vencer al individualismo. 

Igualdad y libertad tienen un camino común, y deben avanzar una al lado de la otra: solo se puede ser verdaderamente libre si puedes verte a ti mismo, sin vergüenza, en los ojos de los demás. La igualdad es el cimiento del mutuo respeto, la ausencia de envidia social y la indiferencia hacia la riqueza material, estas son las condiciones necesarias para que cualquiera pueda respetar al otro.

La igualdad puede recompensar el mérito, con la única condición de que no debe transformarse en medios monetarios, el dinero no es la única cosa que proporciona reconocimiento del mérito: el reconocimiento social y el agradecimiento pueden tener mucho más de recompensa. La gente habla del salario mínimo —y creo que es algo bueno —pero ¿no deberíamos hablar también de un salario máximo? Tanto uno como otro son elementos necesarios en una perspectiva basada en la igualdad.

Igualdad también significa igualdad entre la presente generación y las generaciones futuras. Esto es lo que nos dicen las importantes protestas que se están sucediendo estos días.  

Igualdad no quiere decir miseria generalizada sino, antes bien, una vida rica para todos: no significa aplanar todas las distinciones sino una estructura razonable para la sociedad.

Luchar por la igualdad requiere una riqueza de pensamiento y un amplio abanico de acciones y prácticas. Por eso es por lo que se necesitan mentes sutiles y agudas para este proyecto, que sean capaces de una visión más profunda. Se trata de una labor colectiva, de un compromiso general…y al mismo tiempo del sueño más desbordante que cabe concebir. No sucederá de golpe, pues solo puede construirse paso a paso. Debe construirse partiendo de las cuestiones que preocupan hoy a la sociedad, confiando en que las nuevas generaciones se sumen al proyecto de salvar el mundo. 

La desigualdad es un monstruo que destruye cualquier sociedad, incluida la nuestra. Corrompe a la buena gente y da rienda suelta a ambiciones autoritarias, a la vez que convierte la violencia a escala individual en un rasgo de la vida cotidiana.    

Podemos y debemos acabar con este monstruo: la gente, lo mismo hombres que mujeres, tiene inteligencia para llevarlo a cabo, tiene la presencia de ánimo para combatirlo, y está lista y dispuesta a sumarse a esta batalla, pero se encuentra a menudo perdida en la obscuridad de la forma de pensamiento dominante, que no parece dejar salida alguna. Entre todos los posibles caminos por los que pueden hacer progresos mejores formas de pensamiento y acción, la igualdad es uno de los más importantes.

No creo que la izquierda reformista pueda construir un edificio riguroso si no contempla la igualdad como lente a través de la cual ha de verse la necesaria transformación de la sociedad. De manera semejante, los pedazos desperdigados de la izquierda radical— que acaso sea imposible recomponer de nuevo— sólo pueden dejar huella si contribuyen también, sin ahorrar esfuerzos, a la construcción de una cultura en la que predomine la igualdad. 

Francesco Indovina 

reputado intelectual italiano, urbanista y economista del territorio, fue profesor en diversas instituciones y universidades italianas (Milán, Pavía, Venecia, Sassari-Alghero) y colaborador de Lelio Basso en la revista Problemi del socialismo. Militante del Partito Socialista Italiano, lo abandonó para fundar el Partito Socialista Italiano di Unità Proletaria, participando asimismo en el proyecto de il manifesto desde sus inicios. En 2010 recibió el Premi d’Estudis Urbans Joan Vilagrasa.otorgado por la Universitat de Lleida. Entre sus libros publicados en castellano se cuentan La ciudad de baja densidad (Diputació, Barcelona, 2007) o La ciudad del siglo XXI (Madrid, Catarata, 2017. En 2012 la editorial barcelonesa Icaria publicó sobre su obra un libro de Oriol Nel-lo: Francesco Indovina. Del análisis del territorio al gobierno de la ciudad.

Fuente: Il manifesto global, 22 de marzo de 2019

Traducción: Lucas Antón

hic2

 

EJERCITO USA

 

hic2

 

VivaMexico

El día 1º de marzo, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), envió una Carta al rey de España y al Papa del Vaticano sometiendo a la consideración de “Su Majestad” y de “Su Santidad” (doble sic) la necesidad de elaborar un relato conjunto sobre la Invasión de las Américas y, correlativamente, estudiar la conveniencia de que ambos Estados pidieran perdón por los abusos perpetrados contra los amerindios. Unos veinte días después, en lo que debemos calificar como un delito diplomático y, peor aún, como un incalificable desprecio hacia el remitente, la Carta fue filtrada al gran público por la monarquía española.

[La mera lectura del párrafo anterior es un aviso a esos navegantes que presumen de objetividad e incluso de neutralidad: en esta polémica sobre la susodicha Carta, el-abajo- firmante, español de pura cepa, NO es objetivo ni neutral sino claramente mexicanófilo y les puedo asegurar que tengo motivos racionales y personales para ello y que, si hubiera sido exiliado republicano, los tendría por razones aún más sobradas, si ello cupiera o cupiese. Dicho de otro modo, al probo feligrés de la Iglesia de la Objetividad le sugiero que abandone esta lectura y, de paso, también le desafío a que me cite una obra de Historia -con una sola me conformaría-,cuyo autor no padezca ataduras ideológicas].

Item más, es obvio que una carta presidencial es siempre una acción política. Por ello, conviene subrayar que el-abajo-firmante no entra en los motivos políticos que estén detrás o delante de la ahora famosa Carta de AMLO. Pero sí aprovecho esta ocasión para añadir que AMLO ha pedido perdón a los indígenas ‘mexicanos’ por el daño que les han infligido los sucesivos gobiernos republicanos y que, además, ha puesto la fecha de 21.sept.2021 para renovar sus votos indigenistas –misma fecha que ha designado para la puesta en común con España y con el Vaticano a la hora de firmar un relato compartido.

Otrosí, sólo añadiría que AMLO ha introducido dentro de su política Carta una cuña moral que irrita profundamente no sólo a los españoles sino a todos los que sostienen que Política y Moral son entidades independientes e inmiscibles. Una cuña moral que pretenden ignorar todos aquellos que cifran su vanagloria en la Real Politik y en el pragmatismo. Porque la Carta, más que susceptible de un iluso análisis histórico –no hay nada que estudiar históricamente hablando porque todos sabemos de sobra lo que fue la Invasión de las Indias-, es materia de Moral y Buenas Costumbres.

La respuesta de la monarquía española ha sido la que nos temíamos: “La llegada, hace 500 años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva”.

Obsérvese la expresión “consideraciones contemporáneasporque ahí está el meollo de la cuestión. Es una frase que oscila entre la perogrullada y la huida. Que España juzga desde la contemporaneidad es una perogrullada porque no se escribe en el siglo pasado ni en el venidero. Y es una huida porque falta el adjetivo para ‘consideraciones’: ¿políticas, económicas, científicas, diplomáticas, jurídicas, internacionales? Todos los adjetivos que quieran… menos morales. ¿Por qué no ha escritoconsideraciones morales cuando discursea sobre la moral de la Invasión aunque sólo sea para dictaminar que España ni quiere ni puede entrar en esa materia?

Pues bien, si el Estado de mi país, desde el rey hasta su último súbdito, repite por los siglos de los siglos el mismo argumentario para escabullirse de la cuestión moral, este español de pura cepa –repito-, quiere abordarla sin titubeos para demostrar que los argumentos que subyacen en la amoralidad del bunker hispano son falsos, manidos, cínicos y, en suma, abanderan el hediondo paradigma de ese absurdo que llaman ‘la Moral del Vencedor’. Un paradigma que vengo oyendo desde que tengo uso de razón y una falacia innoble a la que se siguen agarrando cual clavo ardiendolos sucesivos gobiernos españoles -antes, durante y después de Franco-.

En sustancia, vocifera España que, en los albores de la Invasión, los excesos de los invasores no eran considerados excesivospor lo que, concluyen ladinamente, no hubo excesos. Sin embargo, vamos a enumerar algunas evidencias en contrario:

  • En 1498, sólo seis años después del ‘Descubrimiento’, ya hubo españoles que cuestionaron los métodos de la Invasión. Es probable que el primero de ellos fuera Francisco Roldán, un colonoque propuso una suerte de contrato social con los amerindios, un “español de bien” que se enfrentó al desaforado esclavismo de la familia Colón y, definitivamente, un nombre propio ocultado por una historiografía oficial que, controlada por la Iglesia, pretende que el sermón de fray Antonio de Montesinos (1511) fue la primera denuncia de las políticas genocidas.
  • Francisco Roldán nos recuerda que no sólo fueron algunos frailes indigenistascomo Montesinos o Las Casas los que se opusieron a la barbarie invasora sino que también hubo españoles que, observando con el mayor rigor la moral laica de los siglos XVI-XVIII, protestaron contra el sadismo y la avaricia de los invasores. Algunos, incluso se pasaron con armas y bagajes alenemigo–es decir, a los amerindios. Durante los tres siglos de Coloniaje, hubo muchos desertores, traidores, fugados, etc. pero, censurados sistemáticamente por el belicismo español, sólo unos pocos han sobrevivido en la Historia. Los tres menos desconocidos son Gonzalo Guerrero, Francisco Villanueva y Pedro Chamijoalias Bohórquez, quienes -huelga añadirlo-fueron asesinados en vida y ninguneados después de su suplicio.

Estos ejemplos personales, pese a estar más calumniados que estudiados, nos demuestran que la ética de aquellos siglos no era muy distinta que la actual echando por tierra el socorrido lugar común de que ’a la Conquista hay que juzgarla según la moral de entonces’.

El bunker hispano

En los tiempos de la archi-propagandeada Transición española, se llamó bunker a la mafia de los fachas que, erre que erre, se oponían hasta con las armas –literal- a eliminar los aspectos más superficiales del franquismo. Lo traemos a colación porque ese bunker estaba plagado de historiadores americanistas cuya mefítica influencia se mantiene incólume hasta nuestros días. Es más, su presencia en los medios ha reverdecido gracias a que son los más interesados en atizar la polémica sobre la Carta de AMLO. Sobra decir que este bunker es belicista por antonomasia, cual corresponde a los que han prosperado no por sus méritos sino por haber ganado una posguerra incivil contra su propio pueblo –léase, contra los sabios republicanos.

Este bunker americanista se las prometió muy felices con el V Centenario (1992) puesto que intentaron monopolizarlo. Odiaron a aquellos españoles que no compartían su doctrina sobre esos infames amerindios a quienes calificaban como “reos del pecado nefando… fatalistas cosmogónicos… hundidos en tres mil años de atraso” (Morales Padrón) o bien como “agresivos… de costumbres sanguinarias… perezosos, desconfiados y dados a la bebida… polígamos… sucios… e infanticidas” (Luciano Pereña) Luminarias científicas a los que se unieron otros académicos como Juan Pérez de Tudela y Bueso, Manuel Ballesteros Gaibrois (en 1990 llegó a conferenciar en la Fundación Francisco Franco), Antonio Rumeu de Armas, Mario Hernández Sánchez-Barba (redactor convicto y confeso del prólogo a una enciclopedia militar apologética con el golpismo militar que el entonces ministro Narcís Serra firmó ¿inadvertidamente?), Demetrio Ramos, Mariano Cuesta y un largo etcétera.

Para recordar que la perversidad de este bunker se cierne ominosa sobre la Carta de AMLO puesto que no se limita a la Academia sino que ha permeado a toda la sociedad española, basta copiar una noticia que involucra directamente al citado Sánchez-Barba y a su poco diplomático vástago:

  • “La Guardia Civil investiga los posibles sobornos a Manuel Antonio Hernández Ruigómez, embajador del Estado español en Haití entre 2011 y 2014. La Guardia Civil ha pedido al juez que instruye la operación Lezo que abra una línea de investigación sobre estos sobornos, que buscaban obtener proyectos de reconstrucción de infraestructuras hídricas para la empresa pública madrileña, aprovechando el terremoto de 2010 en Haití… se ordenaron pagos de 7.200 euros al año a Mario Hernández Sánchez-Barba, padre del embajador español, supuestamente por la publicación de artículos de opinión en La Razón… los agentes, piden investigar la cuenta del padre del embajador ya que a pesar de establecerse que serían 7.200 euros por ingreso, en uno constan 72.000” (ver prensa 25.III.2019)

Resumiendo: el padre ensalza a Franco y su hijo ensalza a las placas tectónicas que le dieron la oportunidad para reconstruir Haití –es broma- pasando por una derivación insólita: ayudar generosamente a que su padre siguiera infectando a los medios españolescon odio, racismo y fachosidades varias.

El bunker hispano del 1992 sufrió los embates del calendario de manera que la mayoría de sus individuos están criando malvas o jubilados en sus ostentosas propiedades. Pero no se pueden quejar porque les han heredado sus hijos biológicos y/o ideológicos. Por citar sólo dos nombres, ahora se llaman Elvira Roca Barea (el título de su obra magna lo dice todo:Imperiofobia y Leyenda Negra) y Arturo Pérez-Reverte, bellaco proto-facha que quiere hacerse famoso a punta de insultos pero que no quiere ser tildado de facha porque vendería menos.

Estos neofranquistas deberían saber que AMLO se ha mostrado muy discreto en su Carta. No sólo escribiendo “Su Majestad” –lo leo y me duelen los ojos del alma- sino evitando aludir a un par de agresiones que España perpetró contra el México republicano. Comprendo que AMLO tiene las limitaciones intrínsecas a la Presidencia y a la Diplomacia pero este españolito puede decirlo: España invadió militarmente México a mediados del siglo XIX y España le insultó al comenzar el siglo XX. Yendo por partes:

1) 08.enero.1862: el general Prim desembarcó en Veracruz al frente de 5.600 soldados españoles que se unieron a los 6.000 que ya había enviado porque le dio la gana el gobernador de Cuba y a los 2.400 de Francia y los 800 de Inglaterra en una expedición punitiva contra México so pretexto de un impago de deuda externa. La primera arenga de Prim es un modelo de hipocresía imitado hasta hoy. Exigió el espadón humanitario: “Orden, pues, y respeto al país en que nos hallamos; vean los que nos juzguen de invasores y de dominantes, que no venimos aquí por espíritu de conquista, ni nos ciegan ambiciones de ningún género; que sólo venimos a sellar el buen nombre de nuestra patria; como nobles caballeros a pedir reparación de ofensas inferidas; como generosos a contribuir a la paz y desarrollo de un pueblo digno de felicidad y de ventura”. Seguramente, unos siglos antes Hernán Cortés dijo lo mismo. Pero con una diferencia: la agresión de Prim sólo duró cuatro meses –después, el resto de los invasores fueron expulsados y su ‘emperador’ Maximiliano, fusilado.

2) 1910, I Centenario de la Independencia iberoamericana: la retórica idolátrica fue exactamente la misma que hoy exhibe el facherío español: “la solidaridad de la raza… confraternidad y amor entre España y América… erradicar la leyenda negra… estos países encargados de conservar la grandeza del antiguo imperio español” (El Mercurio, Chile) Pero el despropósito y la provocación llegaron a extremos escandalosos cuando el rey envió como su representante para aquellos fastos al general Polavieja. Porque no conviene olvidar que este pájaro de mal agüero era un pregonado intervencionista defensor del imperialismo europeo puesto que, en su opinión, no repartirse el mundo disponible y desechable iba en “contra el sentido moderno del derecho internacional, el mayor peligro de los estados débiles”, dictum de una actualidad espeluznante. Y, como buen intervencionista, fue verdugo de Marruecos, Catalunya, Andalucía, Cuba y Filipinas –ordenó fusilar al sabio filipino Rizal-. Pues bien, mentando la soga en casa del ahorcado, fue enviado a México por haber firmado ¡una biografía de Hernán Cortés!

Finalmente, cuando el bunker se queda sin argumentos, recurren a una Ultima Thule: los españoles mataron, sí, pero losindios –jamás dicen indígenas– se mataban entre ellos con ritos satánicos más crueles que los ritos españoles. Y algo de razón tienen puesto que, en efecto, los amerindios y todos los pueblos que en el mundo ha habido, se han entrematado con ostentosa fruición y escasa piedad. Admitido lo cual, hemos de constatar que los amerindios no invadieron Europa sino que fueron invadidos con inaudita saña. Entre ellos serían crueles –no todos- pero la Invasión no corrigió su crueldad sino al revés, la estimuló –siendo demasiado moderado, diría que los Invasores fueron bomberos pirómanos-. Y, por supuesto, en el colmo del cinismo podríamos recurrir al refrán “mal de muchos consuelo de tontos”. Sin embargo, muchos bunkerizados prefieren este otro refrán, “el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón”. No les recomiendo que abusen de él porque tendrían que explicar a qué ladrón se refieren, ¿a los demoníacos indios o a los invasores avariciosos?

El perdón

Sería superfluo insistir en que el bunker se opone a que el rey de España pida perdón -probablemente, es una pretensión innecesaria porque el catalanofóbico Felipe VI, congruente con sus privilegios, ha demostrado ser de extrema derecha-. Aun así, para la exaltada vicepresidenta dizque socialista, Felipe VI no tiene que pedir perdón “a nadie”. No obstante lo cual, es fácil descubrir que la monarquía ha pedido perdón a medio mundo –menos a los elefantes de Botswana que mató Juan Carlos I-. Por ejemplo, para el susodicho JuanCar, las expulsiones de los judíos fueron injustas e innecesarias. (Sinagoga sefardí de Tifereth, California, 1987), declaración que la monarquía ha repetido en otros magnos eventos y que el gobierno ha extremado hasta el punto de regalar la nacionalidad española a cientos de (supuestos o reales) sefardíes. Y España también ha pedido perdón a Holanda por el genocidio perpetrado por el duque de Alba pese a que las cifras de víctimas holandesas no tienen comparación con el genocidio de la Invasión americana. Ejemplos: en la más cruenta de las batallas entre los Tercios de Flandes españoles y los ejércitos de los Países Bajos, murieron un millar de soldados y en la más feroz de las ocupaciones de ciudades, los mercenarios al servicio del rey hispano degollaron a 7.000 ciudadanos. Con ser terribles estas cifras, ¿tienen, acaso, comparación con lo ocurrido en América?

Por lo demás, todos sabemos que los Estados actuales de medio mundo, desde Alemania hasta Japón, han pedido perdón a los países ex invadidos/colonizados -mejor dicho, a los gobiernos de esos países-. Pero con excepciones que, ¡oh, casualidad!, suceden cuando de indígenas se trata. Ejemplo: Alemania pide a diario perdón por el Holocausto judío –del resto de los disidentes y rebeldes gaseados, no sabe no contesta-, pero sólo ha esbozado un mínimo gesto, sin reparación alguna, para reconocer que exterminó a los pueblos Herero y Nama (1904-1907, en la actual Namibia)

A pesar de este cúmulo de evidencias, más de perdonavidas que de humanitarias o contritas, España sigue aferrándose a las glorias del Imperio. Sostenella y no enmendalla es su plurisecular leitmotiv. En parte porque el bunker sigue al mando de la acorazada carabela y, en parte, porque media población española se refugia en un sofisma que me da vergüenza citar: enfrentados a las acusaciones que los criollos la hacen de haber exterminado a los amerindios –supuestos antepasados de esos mismos criollos-, los españoles responden con un chiste viejo de siglos: “quienes mataron a los indios serían vuestros abuelos, no los míos que se quedaron en España y nunca cruzaron el océano”. Este sofisma causa estragos, no entre muchos latinoamericanos que lo consideran un malabarismo verbal propio de los charlatanes europeos, sino más bien entre los caballeretes hispanos que son los únicos que se lo toman en serio. Es obvio que los criollos republicanos exterminaron a cientos de pueblos amerindios – siguen en ello- pero es no menos cierto que los Estados latinoamericanos, al constituirse, asumen la moral cristiana y subsumen en ella las culpas individuales de sus ciudadanos. Por ende, subrayamos que no estamos ante los pecados individuales de varias generaciones sino de hecatombes colectivas. Pero, por desgracia, el chiste sigue malgastándose porque de esta torticera manera se logra, obviamente, seguir eludiendo toda responsabilidad histórica y todo hilo monárquico, republicano y estatal, así como continuar el permanente diálogo de sordos entre criollos y españoles y marcar unas diferencias inexistentes entre los españoles que fueron a América y los que no fueron. Es muy difícil conseguir que, en tan pocas palabras, se encierre tanta confusión como en ese repetidísimo chascarrillo…

En cuanto al Vaticano, el otro destinatario de la Carta AMLO, el Papa dirá misa pero, según el público feligrés que tenga, celebrará una misa cantada, o de difuntos o abreviada, etc. También puede presumir de que Él ha pedido perdón a los amerindios y al lucero del alba pero siempre observando la regla de oro de los Pontífices: ¿que tu mano derecha no sepa qué hace tu manos izquierda?, ¿que la brújula sea sustituida por la veleta?… La casuística de la Patrística es infinita por lo que mejor nos limitamos a copiar un par de noticias que reflejan las contradicciones del Estado Vaticano.

El papa Francisco, sobre el aborto y la eutanasia: «No es lícito liquidar, matar una vida para resolver un problema» (15.XI.2014) A lo que, meses después, añadía sin miedo a parecer paradójico: “El Papa decreta que se perdone el pecado mortal del aborto por primera vez en la historia. Francisco convoca un Jubileo de la Misericordia que durará hasta 2016 y que da bula desde diciembre para disculpar 46 millones de abortos anuales… No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos» (15.V.2105) Te seguimos, Maestro, por lo bien que te explicas.

hic2

ASSANGE

hic2

 

Miguel Salas

JUICIOS PARA LA HISTORIA (V) Sacco y Vanzetti 

07/04/2019

sacco y vanzetti

La historia acumula numerosos juicios trucados, abundantes sentencias ignominiosas y muchas condenas injustas. Una de las más terribles y de mayor repercusión social e internacional fue la que condenó a la silla eléctrica a Sacco y Vanzetti. Nicolás Sacco (1891-1927) y Bartolomé Vanzetti (1888-1927) fueron dos italianos que emigraron a Estados Unidos, como muchos otros millones de personas, buscando mejorar sus condiciones de vida. Enseguida comprobaron que la vida del emigrante era dura y con pocos derechos, vamos como ahora. Trabajaron duramente en lo que pudieron, Sacco se convirtió en zapatero y Vanzetti en vendedor de pescado y se hicieron anarquistas para luchar contra las injusticias que se encontraron.

En la década de los años 20 era duro ser emigrante, italiano, o judío, o negro, y más si se era anarquista. Los llamados “felices años 20” solo lo fueron para quienes acumularon grandes beneficios después de la guerra y para los que recibieron sus migajas, que acabó con el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929. Fue una época de grandes luchas sociales y es en ese marco en el que hay que explicar la falsa acusación y posterior condena a Sacco y Vanzetti.

La Primera Guerra Mundial había dejado exhausta a Europa. Tres imperios habían desaparecido, el ruso, el alemán y el austro-húngaro, Estados Unidos había aparecido como una primera potencia mundial y, sobre todo, el mundo estaba convulsionado por la victoria de la primera revolución obrera y socialista, la revolución rusa.

Los grandes oligarcas norteamericanos vieron venir el peligro y empezaron a implantar medidas represivas. Una ley aprobada por el Congreso hacia el final de la guerra estipulaba la deportación de los extranjeros que se oponían al gobierno o que defendían la destrucción de la propiedad privada. En diciembre de 1919, cogieron a 249 extranjeros nacidos en Rusia (incluidos Emma Goldman y Alexander Berkman, conocidos anarquistas), los metieron en un transporte y los deportaron a lo que ya era la Rusia Soviética. En enero de 1920 fueron detenidas 4.000 personas por todo el país, aisladas durante mucho tiempo y deportadas posteriormente. En Boston, agentes del ministerio de Justicia ayudados por la policía local, arrestaron a seiscientas personas, realizando redadas en los centros de reunión o invadiendo sus hogares. Fueron esposados a pares y obligados a caminar encadenados por las calles. En la primavera de 1920, un impresor anarquista llamado Andrea Salsedo fue arrestado en Nueva York por agentes del FBI en el piso decimocuarto del edificio Park Row, sin que se le permitiera ponerse en contacto con su familia, amigos ni abogados. Más tarde encontraron su cuerpo aplastado en la acera del edificio y el FBl dijo que se había suicidado saltando por la ventana. El Congreso impuso duras medidas contra la inmigración y cerró su flujo (14 millones entre 1900 y 1920) aprobando cuotas de inmigración que favorecían a los anglosajones, cerraban el paso a negros y orientales y limitaban seriamente la llegada de latinos, eslavos y judíos. Ningún país africano podía enviar a más de cien personas. A China se le impuso la misma limitación. En los años veinte renació el Ku Klux Klan, que se extendió hacia el norte. [Del libro La Otra historia de los Estados Unidos de Howard Zinn]

Aldino Felicani, amigo de Vanzetti, escribió posteriormente en Cómo se urdió la trama el ambiente de la época, siendo uno de sus impulsores el ministro de Justicia, A. Mitchell Palmer, cuyo departamento pagaba a los periódicos para que insertaran determinados artículos. El fin era soliviantar a los ciudadanos contra “extranjeros” e “izquierdistas”. Menciona asimismo un escrito de la época (El delirio de la deportación en 1920) sobre el “reinado del terror” en Estados Unidos, en el que “millares de inocentes fueron sometidos a todo tipo de persecuciones y malos tratos; los derechos constitucionales fueron pisoteados”.

Esa reacción era la respuesta al gran impulso de la lucha de clases durante esa época. La prosperidad se concentró en unos pocos. Una décima parte del 1% de las familias ricas obtenían los mismos ingresos que el 42% de las familias pobres. Durante los años 20, unos 25.000 trabajadores morían cada año en accidentes laborales y 100.000 quedaron permanentemente discapacitados. En Nueva York, 2 millones de personas vivían en pisos que en caso de incendio eran una ratonera. En 1919 se declaró una huelga general de cinco días en Seattle, 350.000 trabajadores de la siderurgia fueron a la huelga y arrastraron a toda la ciudad. En Nueva Inglaterra y Nueva Jersey fueron a la huelga 120.000 trabajadores textiles y en Paterson se pusieron en huelga 30.000 trabajadores de la seda. Así lo relata John Reed: “Hay una guerra en Paterson, Nueva Jersey. Pero es un curioso tipo de guerra. Toda la violencia es obra de un bando: los dueños de las fábricas. Su servidumbre, la policía, golpea a hombres y mujeres que no ofrecen resistencia y atropella a multitudes respetuosas de la ley. Sus mercenarios a sueldo, los detectives armados, tirotean y matan a personas inocentes” (Guerra en Paterson)

La policía se declaró en huelga en Boston. Lo mismo hicieron en Nueva York los fabricantes de puros, los camiseros, los panaderos, los camioneros y los barberos. En Chicago, la prensa dijo: “Junto con el calor del verano, tenemos más huelgas y cierres patronales que nunca”. Cinco mil trabajadores de International Harvester y otros cinco mil trabajadores urbanos se echaron a las calles. En 1922, los trabajadores del carbón y los ferroviarios fueron a la huelga. Ese mismo año fracasó una huelga textil de trabajadores italianos y portugueses en Rhode Island, pero se despertaron los sentimientos de clase y se reforzaron las organizaciones sindicales.

 

Los hechos y el juicio

 

En esta coyuntura política y social, el 15 de abril de 1920 se robaron las nóminas de una empresa en la localidad de South Braintree (Massachussets). En el curso del asalto murieron un contable de la empresa y un guardia de seguridad. Al cabo de pocos días fueron detenidos Sacco y Vanzetti, como no tenían nada que temer se dejaron detener y acompañaron a la policía a la comisaría. Para su sorpresa fueron acusados del robo y del doble asesinato. Durante siete años estuvieron en prisión y tuvieron que soportar las mentiras, falsos testimonios y provocaciones que acabó en la pena de muerte ejecutada el 22 de agosto de 1927.

Durante el juicio no pudieron demostrar ninguna de las acusaciones. El día de autos, 15 de abril, Sacco estaba en Boston informándose en el consulado italiano de los trámites para obtener el pasaporte. El funcionario que le atendió escribió una carta, pues había vuelto a Italia, confirmando la información. Testigos declararon que habían visto a Vanzetti vendiendo pescado esa misma mañana a muchos kilómetros de donde habían sucedido los hechos. Una testigo, Mary E. Splaine, que declaró haber reconocido a uno de ellos se equivocó sobre la vestimenta que supuestamente llevaba el acusado. Poco después de ocurrido el crimen, la agencia de investigadores Pinkerton mostró a la señorita Splaine una colección de fotografías, y eligió la de un individuo llamado Tony Palmisano como el bandido que ella pudo ver ese día. Sin embargo, catorce meses más tarde, en el juicio, identificó a Nicolás Sacco como la persona a quien había visto en el automóvil.

En la búsqueda de testigos, la policía llevó a Lewis Pelser a que los identificara. Declaró que no podía reconocerlos. Entonces Pelser, que trabajaba en una fábrica de calzado vinculada con la empresa que había sido robada, fue súbitamente despedido y sin poder hallar trabajo en otras fábricas. Pocas semanas después a Pelser se le refrescó la memoria. Fue readmitido en la misma fábrica que lo había despedido, y de pronto se encontró en condiciones de identificar, sin lugar a dudas, a Sacco y Vanzetti como los autores del robo y asesinato. No fue el único. En el caso de un testigo tras otro, la memoria y el despido aparecían íntimamente ligados. A veces, cuando no se podía esgrimir el arma del despido, el fiscal del distrito y sus colaboradores, en su encomiable celo por condenar a los acusados, usaron toda clase de amenazas, directas o implícitas. A veces este procedimiento era tan descarado que en las mismas actas taquigráficas del juicio han quedado las pruebas y constancias de sus manejos. [Del libro de Howard Fast. La pasión de Sacco y Vanzetti]

Cuando Sacco y Vanzetti fueron detenidos, Sacco tenía una pistola. Esa pistola fue presentada en el juicio como un elemento de prueba, y un famoso experto en balística, el capitán Proctor, fue invitado a examinar la pistola para confirmar si una de las balas podía haber sido disparada por esa arma. El experto confirmó que la bala hallada en el cuerpo de la víctima no podía haber sido disparada por la pistola de propiedad de Sacco. Más hechos exculpatorios. En 1925, cuando ya se había dictado sentencia, Celestine Madeiros, conocido delincuente, declaró que él había participado como elemento de apoyo en el robo de South Braintree y declaró que ni Sacco ni Vanzetti formaban parte de la banda. No sirvió de nada. Los jueces no quisieron hacerle caso ni revisar la sentencia, pero si decidieron condenarle a muerte y murió en la silla eléctrica el mismo día y en la misma cárcel que Sacco y Vanzetti. Para la historia de la ignominia han quedado unas declaraciones que el juez del caso, Webster Thayer, comentó al jurado: “Este hombre (Vanzetti), aunque no haya en realidad cometido ninguno de los crímenes que se le atribuyen, es sin duda culpable, porque es un enemigo de nuestras instituciones”.

En Estados Unidos y en todo el mundo hubo impresionantes muestras de solidaridad, probablemente fue una de las primeras e importantes campañas de solidaridad obrera internacional y hasta la misma noche en que fueron asesinados legalmente millones de personas en todo el mundo permanecieron en vigilia esperando el indulto que nunca llegó. En el recuerdo quedarán las palabras de Vanzetti ante el Tribunal: “Quiero decir esto: que no le deseo a un perro ni a una serpiente, al ser más bajo y despreciable de la tierra, no le deseo lo que yo he tenido que sufrir por crímenes de los que no soy culpable. Pero mi convicción más profunda es que yo he sufrido por otros crímenes, de los que sí soy culpable. Yo he sufrido y sufro porque soy un militante izquierdista, y es cierto, lo soy. Porque soy italiano, y es cierto, lo soy. He sufrido más por lo que creo que por lo que soy; pero estoy tan convencido de estar en lo cierto, que, si ustedes pudieran matarme dos veces, y yo pudiera renacer otras dos volvería a vivir como lo he hecho hasta ahora”.

 

No es un ejercicio de historia

 

No hemos escrito esto solo para recordar, sino también para alertar. Hace ya varias semanas que se está desarrollando el juicio contra los dirigentes políticos y sociales del procés catalán. Conforme se van conociendo las declaraciones de los testigos de la acusación va aumentando el desatino sobre el juicio. Se les acusa de sedición y rebelión, pero ni la fiscalía ni la acusación mencionan las palabras y todas sus intervenciones y preguntas a sus testigos van destinados a crear un ambiente que demuestre que policías y guardias civiles se vieron rodeados de una violencia de la masa tumultuaria. Pero, ¿dónde está la rebelión y sedición de los acusados? ¿En qué actos concretos participaron? ¿Qué hechos concretos lo demostrarían? ¿No estaremos viviendo lo que el profesor Javier Pérez Royo explica como “delito imaginario”?

Si este juicio ya no debería haberse celebrado, porque se trata de acciones políticas y no penales; si el juicio no debería estar en manos del Tribunal Supremo, ya que lo que se juzga sucedió en Cataluña y debería ser juzgado allí, y si se juzga un delito imaginario, porque ni siquiera se intenta demostrar lo que se les acusa…el juicio de Sacco y Vanzetti no es solo cosa de la historia. Las comparaciones son odiosas y que cada hecho histórico forma parte de su tiempo y tiene sus particularidades, pero, como estamos mostrando en esta serie sobre juicios históricos, demasiadas veces se han cometido parecidos errores, y estamos viviendo uno de ellos.

Muy tarde, demasiado tarde, cincuenta años después, en julio de 1977, el gobernador del Estado de Massachusets, Michael Dukakis, reconoció y proclamó que el juicio en que se condenó a Sacco y Vanzetti no fue “justo ni equitativo por haberse desarrollado en un ambiente de perjuicio contra los trabajadores extranjeros y por la conducta de algunos funcionarios que intervinieron en el caso y que carecían totalmente de parcialidad”. ¿Habrá que decir lo mismo del juicio que se sigue en el Tribunal Supremo?

Mientras, seguimos teniendo presente lo que Joan Baez y Georges Moustaki cantaron sobre Sacco y Vanzetti, que “dormís en lo más profundo de nuestros corazones”.

 

Nota de la redacción: Los cinco anteriores artículos de esta serie «Juicios para la historia» pueden leerse en los siguientes enlaces:

http://www.sinpermiso.info/textos/juicios-para-la-historia-i-la-semana-tragica-y-el-fusilamiento-de-ferrer-i-guardia

http://www.sinpermiso.info/textos/juicios-para-la-historia-ii-yo-acuso-el-caso-dreyfus

http://www.sinpermiso.info/textos/juicios-para-la-historia-iii-el-proceso-1001

http://www.sinpermiso.info/printpdf/textos/juicios-para-la-historia-iv-la-revolucion-de-1905-ante-el-tribunal

http://www.sinpermiso.info/textos/juicios-para-la-historia-v-el-proceso-de-burgos

 

hic2

 

Aborto5

 

hic2
POMPEO
La vida cotidiana en Venezuela, lejos de una crisis humanitaria

Luis Hernández Navarro, enviado de La Jornada 

Sábado 9 de febrero de 2019. Caracas. Otra vez, la supuesta crisis humanitaria en Venezuela está en el centro del conflicto político. El día de ayer, desde un lado del cuadrilátero, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Legislativa, mostró de qué lado masca la iguana y deslizó la posibilidad de una incursión militar en Venezuela, con el pretexto de brindar ayuda humanitaria. Y desde el otro, el presidente Nicolás Maduro denunció esa asistencia como un show para justificar una intervención extranjera en su país.

Entrevistado por la agencia Afp, Guaidó, quien con el auspicio de Washington se autoproclamó presidente encargado en un mitin, no descartó autorizar una intervención militar de Estados Unidos o una fuerza extranjera en Venezuela para derrocar a Nicolás Maduro.

Guaidó justificó la invasión con el argumento de que hará todo lo que sea necesario, todo lo que tengamos que hacer para salvar vidas humanas, para que no sigan muriendo niños o pacientes por falta de medicinas.

El conferencia de prensa, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió que su gobierno “no va a permitir el show de la ayuda humanitaria falsa, porque no somos mendigos de nadie” y emplazó a la comunidad internacional a desbloquear los casi 10 mil millones de dólares que fueron secuestrados al gobierno constitucional.

Afirmó que en Venezuela no existe ninguna crisis humanitaria y que ésta es fabricada desde Estados Unidos para justificar la invasión. Si quieren ayudar a Venezuela, liberen el dinero que nos tienen bloqueado. Es un juego macabro, reclamó.

“Les apretamos por el cuello y les hacemos pedir migajas, perdón. Les robamos el dinero y después les ofrecemos papel toilet, como le lanzó Donald Trump al pueblo de Puerto Rico.”

Añadió que, en caso de que Estados Unidos envíe soldados a la frontera colombiana, no caerá en provocaciones. “Ante la provocación, calma y cordura (…) Si vienen tropas estadounidenses a Colombia, que se queden en Colombia”, dijo. Pero –alertó– hay que cuidar a las mujeres y niñas colombianas de las violaciones de los soldados estadunidenses. 

El país no es una Somalia latinoamericana

En las calles y en las casas de Caracas la vida sigue su curso. Al despuntar el alba, las autovías se congestionan con los vehículos de quienes se dirigen al trabajo. Sorteando automóviles, innumerables motociclistas avanzan imparables rumbo a su destino. En las horas pico, el Metro se atiborra de pasajeros.

En las calles del centro se ponen mercados sobre ruedas o tianguis a vender alimentos. En miles de escuelas públicas los niños reciben sus desayunos gratuitamente. Decenas de areperías y expendios de comida rápida, incluido McDonald’s, tienen sus puertas abiertas. Los elegantes restaurantes del barrio de Las Mercedes están llenos de comensales, que estacionan sus autos de lujo en las calles aledañas. Las plazas comerciales en áreas ricas en la zona este siguen siendo lugares de consumo, reunión y esparcimiento de las familias acomodadas.

Cada mes, por conducto de los más de 32 mil comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), se distribuyen toneladas de alimentos a los sectores populares a precios subsidiados. Su entrega no está condicionada a ninguna afiliación política. Los comités son una forma de organización popular que, junto al Ministerio de Alimentación, se encarga de entregar productos de primera necesidad casa por casa. Las familias tienen acceso por esta vía a arroz, lentejas, frijoles, aceite, atún, harina de maíz, azúcar y leche. Cerca de 11 mil CLAP reparten comida y artículos de higiene personal.

Esa realidad, no tiene nada que ver con la imagen de Venezuela como una Somalia latinoamericana o una réplica de Haití que los opositores al gobierno de Nicolás Maduro quieren difundir.

¿Hay crisis humanitaria en Venezuela como dice la oposición? No, ni remotamente la hay. Una crisis humanitaria es una situación de emergencia en que se ven amenazadas la vida, salud, seguridad o bienestar de una comunidad o grupo de personas en un país o región. Y en Venezuela la vida sigue su curso.

No hay nada que justifique lo quieren hacer la administración de Donald Trump y Juan Guiadó, una intervención humanitaria de otras naciones.

Pero que no haya crisis humanitaria no quiere decir que no existan problemas. Por supuesto que los hay. La hiperinflación devora los ingresos. Los precios están desfasados de los salarios. Hay dificultad en encontrar dinero en efectivo. Escasean medicinas. Hay desabasto de productos de higiene personal. Pero, simultáneamente, hay una red de protección social que amortigua en parte estas carencias.

Venezuela ha sido, desde hace décadas, un país petrolizado. La caída de los precios del oro negro desde 2014 ha sido veneno para sus finanzas. Y la guerra económica y el bloqueo han agravado la situación. El ataque contra la moneda local no cesa. Se han congelado e incautado activos financieros y cuentas de Venezuela en el sistema financiero estadunidense. Se han bloqueado las cuentas de la petrolera venezolana PDVSA.

La ofensiva económica comenzó a agravarse en marzo de 2015, cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó un decreto ejecutivo que colocó a Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria. Desde entonces la administración de Donald Trump no ha hecho más que endurecer las sanciones. 

Pobreza, la de antes de Hugo Chávez

Para los millones de pobres que padecieron hambre, escasez y persecución antes del triunfo de Hugo Chávez, decir que hoy se vive una crisis humanitaria es, por lo menos, absurdo. En perspectiva, las dificultades que hoy viven, son apenas nada en comparación con la precariedad que vivieron hasta 1998.

Juan Contreras, integrante de la Coordinadora Simón Bolívar y poblador del barrio 23 de Enero, una emblemática urbanización popular al oeste de Caracas, en la que viven más de 77 mil personas, pone las cosas en su lugar.

“Para nosotros los pata de abajo –dice para La Jornada– hay que poner un punto de comparación. Durante más de 40 años, entre el 58 y el 98, habían 2 centros de salud en el 23 de Enero. Hoy, después de más de 20 años de proceso bolivariano, entre 98 y 2019, hay 35 ambulatorios nuevos, más los dos que estaban, además de tres centros de rehabilitación integral. Hoy, en cada rincón del país hay un ambulatorio.

“Así con la educación. Las escuelas que eran media mañana o media tarde, hoy están como escuelas de turno completo. Hay educación integral. Hay desayunos y almuerzos para los niños. En estos 20 años hay 42 nuevas universidades en el país.

“Ahí está la muestra de cómo ha ido cambiando para la gente. Antes, por hacer un mural o por pensar diferente, te perseguían en el barrio, te allanaban la casa, te torturaban. Hoy no se persigue a nadie ni se tortura a nadie en el barrio por pensar diferente.

“Así, poco a poco ha ido cambiando el 23 de Enero. Educación, salud, vivienda, educación, trabajo y recreación. Lo que necesita cualquier ser humano en cualquier parte del mundo para vivir bien. Muchos de nuestros muchachos tienen asegurado un trabajo. La vida en el barrio ha cambiado de la persecución que vivíamos en el pasado a como hoy: libremente se practica el deporte, se crean grupos culturales, se organiza, se participa. Tenemos cuatro radios comunitarias. Nuestra calidad de vida se ha elevado en estos 20 años.

“El servicio de agua es permanente. Antes había pelea, lucha. Hoy sigue habiendo mucha dificultad, pero no se mata ni se reprime a nadie cuando protesta por el agua.

Los que no teníamos rostro hemos insurgido. A todo esto le tienen miedo los gringos. Vienen por nuestras reservas energéticas. Hemos vivido aquí, a veces con molestia, a veces con dudas, pero tenemos dignidad y vamos a seguir adelante con nuestra revolución bolivariana.

 

 

cartavenen

elborrachoibuena

hic2

AMO A CUBA

hic2

 

PiedraIbarra

 

hic2

huelga

hic2

 

 

hic2

rosa1

hic2

 

poema6

hic2

Bruce E. Levine:

Noam Chomsky cumple 90 años: cómo un anarquista estadounidense ha logrado mucho más que sobrevivir

 

chomsky1

 

 “Aquel que reivindica el carácter legítimo de la autoridad tiene además la obligación de justificarla. Y si no puede justificarla, es ilegítima y debería desmantelarla. A decir verdad, creo que el anarquismo no es mucho más que esto»

Noam Chomsky

El 7 de diciembre de 2018 Noam Chomsky cumplió 90 años. En un ranking elaborado en 2013 por el Reader’s Digest sobre “Las 100 personas más fiables [trusted] de América” (liderado por las celebrities de Hollywood), Noam Chomsky, que se describe a sí mismo como anarquista, ocupaba el puesto número 20 (por detrás de Michelle Obama, en el 19, pero por delante de Jimmy Carter, que ocupaba el 24). Teniendo en cuenta que, a lo largo de la historia de los EE.UU., los activistas anti-autoritarios han sido continuamente marginados, económicamente castigados, psicopatologizados, criminalizados y asesinados, la supervivencia y el éxito de Chomsky son algo extraordinario. 

A principios de los años 1960, cuando pocos americanos criticaban al gobierno estadounidense por la guerra de Vietnam, Chomsky fue de los primeros en desafiarlo y oponer resistencia, arriesgándose a pasar un tiempo en la cárcel y a poner en peligro su carrera académica en el ámbito de la lingüística, en la cual había ganado cierto prestigio por sus innovadoras contribuciones. Desde la posición que ocupa, Chomsky ha desafiado durante medio siglo toda autoridad ilegítima, incluido el gobierno de los EE.UU. y aquellos regímenes opresivos alrededor del mundo. Ha expresado un desprecio constante por las élites en el poder, por sus atrocidades y por su capacidad de subvertir la autonomía de la clase trabajadora.

Al mismo tiempo que aborrece cualquier culto a las figuras heroicas —especialmente a sí mismo—, Chomsky pone en valor todo lo que se puede aprender de nuestras experiencias personales y vitales. Asumiendo este espíritu, repasar la vida de Chomsky quizás ofrezca una guía de supervivencia para aquellos anti-autoritarios que quieran comprender mejor el mundo en el que viven.

Chomsky sabe perfectamente que la suerte ha sido un factor principal en su victoria contra las adversidades, pero ni siquiera esto es suficiente para explicar que un anarquista estadounidense sobreviva y acabe teniendo un impacto tan profundo. Chomsky también cuenta con una inteligencia extraordinaria, una racionalidad de tipo spinoziana y, desde luego, un saber y una capacidad de supervivencia enormes.   

Investigando las vidas, tan trágicas como triunfantes, de los activistas anti-autoritarios de EE.UU. en Resisting Illegitimate Authority, me di cuenta de que, aquellos que prosperaron, contaron, además de con buena suerte, con un conocimiento sobre el cuidado de sí, además de sobre sus relaciones personales y económicas. Por el contrario, aquellos cuyas vidas fueron más trágicas acompañaron a menudo los asaltos autoritarios que sufrieron con otros de tendencia autodestructiva.

Chomsky describe a sus padres como unos “Demócratas pro-Roosevelt corrientes”, si bien otros miembros de su familia eran izquierdistas radicales. En su infancia, Noam comenzó —afortunadamente— a estudiar en Oak Lane, una escuela experimental Deweyita[1] donde se animaba a los alumnos a pensar por sí mismos y donde la creatividad era más importante que las calificaciones. Según Chomsky, si bien todas las escuelas podrían ser como Oak Lane, de hecho no ocurre porque ninguna sociedad “basada en instituciones jerárquicas y autoritarias toleraría un sistema escolar de este tipo durante mucho tiempo”.

En Oak Lane, cuando tenía diez años, Noam publicó un artículo en el periódico escolar sobre la toma de Barcelona por las fuerzas fascistas durante la Guerra Civil española, un episodio que le influyó a lo largo de toda su vida. Más tarde leerá Homenaje a Cataluña, el relato de George Orwell sobre la Guerra Civil española y las exitosas, aunque breves, experiencias sociales anarquistas en España. Su temprana comprensión de que la gente puede alzarse contra los sistemas opresivos y organizarse en cooperativas se convirtió en la base de su confianza en el anarquismo como una posibilidad real.

Con doce años, Noam entró en el Instituto Central de Secundaria de Filadelfia, una escuela socialmente prestigiosa pero que odiaba: “Fue el lugar más estúpido y ridículo en el que he estado; era como caer en un agujero negro o algo parecido. Era, sobre todo, un lugar extremadamente competitivo. Esta es la mejor forma de controlar a la gente”. Permaneció en la escuela, pero perdió su interés en ella.

Al igual que otros tantos jóvenes inteligentes anti-autoritarios, el joven Noam detestaba los estándares escolares. A pesar de ello, tenía la inteligencia suficiente para no equiparar lo escolar con lo educativo, y durante su adolescencia compaginó sus obligaciones escolares con el aprendizaje autodidacta. Con 13 años Noam viajaba regularmente sólo en tren para visitar a sus familiares en Nueva York. Allí pasaba muchas horas con un tío que regentaba un quiosco de prensa en Manhattan, en la calle 72, un animadísimo “salón político y literario” donde el Chomsky adolescente entró en contacto con la política radical y la cultura de la clase trabajadora judía.

Con 16 años, Chomsky empieza sus estudios de licenciatura en la Universidad de Pensilvania, pero, como otros tantos estudiantes anti-autoritarios, pronto comienza a desanimarse. Así lo recuerda: “cuando eché un vistazo a la oferta universitaria estaba muy animado: muchos cursos, cosas interesantes. Luego me di cuenta de que la universidad era como una ampliación descuidada de la escuela secundaria. Después de un año pensé en dejarla, pero casi por accidente decidí quedarme”. Afortunadamente conoció a Zellig Harris, un carismático profesor de lingüística que hizo que Noam permaneciera en la academia y, en último término, se convirtiera en un lingüista de renombre.

En realidad, los primeros intereses de Chomsky eran políticos y no lingüísticos. “Desde la infancia siempre me había interesado la política radical y disidente, pero sólo en un sentido intelectual”, recuerda. Pero estar involucrado intelectualmente no era suficiente. “Soy un ermitaño por naturaleza —nos dice Chomsky— y habría preferido estar sólo trabajando que expuesto públicamente”.

En términos psicológicos, llama la atención que el carácter introvertido de Chomsky no le haya impedido comprometerse activamente con el mundo que le rodea. Me he dado cuenta de que una clave fundamental para entender a algunos de estos anti-autoritarios que raramente acaban triunfando es su voluntad de trascender su zona de confort más privada. 

Con 30 años Chomsky era ya un lingüista muy estimado, y a principios de los años 60 fue uno de los primeros intelectuales en condenar públicamente la Guerra de Vietnam. Cuando el rechazo a la guerra estaba en cierto modo generalizado en los Estados Unidos, Chomsky recuerda modestamente: “Sabía que era excesivamente indulgente conmigo mismo si me limitaba a tener un rol pasivo en las luchas que estaban teniendo lugar. Y sabía que firmar peticiones, enviar dinero y asistir a reuniones era insuficiente. Pensé que era absolutamente necesario tener un rol más activo, y era perfectamente consciente de lo que esto significaba”. Durante diez años Chomsky se negó a pagar parte de sus impuestos, apoyó a los desertores, fue arrestado varias veces y fue incluido en la lista de enemigos oficiales de Richard Nixon.

Dada las posibles consecuencias de su posición política, Noam y su mujer Carol (estuvieron casados desde 1949 hasta la muerte de ella, en 2008) acordaron que era prudente que Carol volviera a los estudios y se doctorara para poder apoyar económicamente a la familia si él entraba en prisión. Más tarde Noam se refirió a ello: “De hecho, esto es lo que habría ocurrido si no fuera por dos acontecimientos inesperados: 1) la absoluta (y, por otro lado, habitual) incompetencia de los servicios de inteligencia…[y] 2) la Ofensiva del Tet, que hizo ver a la economía americana que el juego en el que estaban participando no valía la pena e hizo que los procesos de enjuiciamiento fueran desapareciendo”. Finalmente, Carol Chomsky obtuvo una plaza en la Harvard’s School of Education y también logró una carrera académica de éxito. Y así, con suerte y decisiones sabias, la familia Chomsky obtuvo dos fuentes de ingresos más que notables y seguridad financiera.

Chomsky también ha tenido la inteligencia de no caer en cierta tendencia autodestructiva presente en aquellos activistas anti-autoritarios que niegan toda su humanidad. Este tipo de inteligencia y buen hacer es algo psicológicamente valioso para los jóvenes anti-autoritarios: “Mira, no vas a ser un activista político efectivo a menos que tengas una vida satisfactoria”, dice Chomsky al público. “Ninguno de nosotros somos santos; al menos yo no lo soy. No he renunciado a mi casa, no he renunciado a mi coche, no vivo en una cabaña, no estoy 24 horas al día trabajando en beneficio del género humano o algo por el estilo. De hecho, ni siquiera me acerco a esto”. En un Perfil del New Yorker del 2003 sobre Chomsky, éste cita a uno de sus amigos: “Le gusta estar al aire libre en verano, le gusta nadar en el lago, ir a navegar y comer comida basura”.

Chomsky encarna la figura de un activista que no niega ni se autoflagela por las inevitables hipocresías financieras en una sociedad que exige tener dinero para sobrevivir. Cuando fue contratado por el Massachusetts Institute of Technology, Chomsky fue honesto con respecto al hecho de que, aunque el Departamento de Defensa del gobierno americano no lo financiaba a él directamente sino a otros departamentos del MIT, en el fondo esta financiación indirecta permitía al MIT pagarle un sueldo. “Con respecto a cuestiones o conflictos morales —destacó Chomsky— no se trata de pensar que hay dinero limpio en algún lado. Si estás en una universidad, estás rodeado siempre de dinero sucio; estás rodeado de dinero que viene de gente que trabaja en otros lugares y cuyo dinero se les está quitando”

Muchos anti-autoritarios acumulan grandes dosis de ira. Esta ira es el resultado de injusticias sociales y el efecto de una oposición política que ha sido ignorada; es el resultado de los ataques autoritarios que han sufrido; de haber presenciado la marginalización de otros amigos anti-autoritarios; también del resentimiento que produce ser constantemente vigilado. La manera en que los anti-autoritarios gestionan esta ira es fundamental para determinar su tragedia o su éxito. Si bien uno puede percibir la ira de Chomsky en su punzante sarcasmo, para la mayoría esta ira no le ha saboteado. Y si bien todos los anti-autoritarios han sufrido los efectos de la autoridad ilegítima, Chomsky no ha permitido que este dolor se traduzca en reacciones violentas o autodestructivas que faciliten a los autoritarios una justificación para continuar su opresión.

Con su sabiduría y algo de suerte, Chomsky ha logrado mucho más que sobrevivir, convirtiéndose en uno de los anarquistas más influyentes de la historia de los Estados Unidos y en un modelo inspirador para millones de activistas anti-autoritarios, especialmente para los jóvenes. Se ha hecho a sí mismo apostando por el pensamiento crítico y la verdad (y no por consignas manidas ni distinciones oficiales). Si bien las intervenciones teóricas de Noam Chomsky han supuesto un foco de resistencia valioso contra la sociedad autoritaria, es quizás el ejemplo de su incorruptibilidad personal el legado más valioso que nos deja, sobre todo para los jóvenes anti-autoritarios.

[1] Las escuelas Deweyitas se inspiraban en la filosofía de la educación de John Dewey (sobre todo a raíz de su artículo “Mi credo pedagógico”, publicado en 1897)

Tomado de SINPERMISO

hic2

helicoptero

hic2

Luis Hernández Navarro:

RAFAEL MORENO VALLE Y LA ARQUITECTURA DEL PODER

La Estrella de Puebla es una enorme noria turística de 60 metros de altura y casi 70 de diámetro. Costó 400 millones de pesos, provenientes de fondos públicos. Está considerada como la rueda de observación portátil más grande del mundo. Tiene 54 góndolas en las que caben ocho pasajeros en cada una de ellas. Fue construida en la ciudad de Puebla e inaugurada en julio de 2013.

La compra e instalación de la monumental rueda fue justificada en nombre de la conmemoración del 5 de mayo y de una ambiciosa apuesta para atraer visitantes. El faraónico proyecto fue iniciativa del entonces gobernador de la entidad Rafael Moreno Valle. No fue la única obra de infraestructura majestuosa que emprendió durante su mandato. Miles de millones de pesos fueron gastados en construir un teleférico de 688 metros, el Museo Internacional del Barroco, una de las ciclovías más caras de México y rehabilitar el estadio Cuauhtémoc.

Este delirio de grandeza urbanística en un estado que registra grandes carencias (casi 4 millones de pobres en 2014), caminó de la mano de múltiples irregularidades. Se destruyó patrimonio histórico y cultural, se licitaron obras de manera directa a amigos, se inflaron y maquillaron los costos de las obras y se usaron fideicomisos privados para evitar su fiscalización.

Obsesionado con ser presidente de la República, el gobernador Moreno Valle quiso hacer de sus megaproyectos arquitectónicos su tarjeta de presentación en las grandes ligas de la política nacional. Espejo de su megalomanía, esas construcciones reflejaron no sólo el tamaño de sus ambiciones sino, también, de sus limitaciones. Verdaderos elefantes blancos, muchos de ellos, tan fastuosos como inútiles, sirvieron para demostrar la validez de la máxima que reza: donde hay obra, sobra.

Rafael Moreno Valle fue parte de una generación de jóvenes políticos (nació en 1968) para quienes los partidos son una especie de taxi que se toma para trasladarse de un trayecto a otro. Nieto del militar Rafael Moreno Valle, mandatario de Puebla durante la administración de Gustavo Díaz Ordaz, abrevó del más rancio conservadurismo caciquil priísta, que tiene su fuente en personajes como Maximino Ávila Camacho. Su abuelo (como lo haría el mismo), gobernó la entidad a sangre y fuego, masacrando en diversos episodios a cerca de 60 campesinos.

El joven Moreno Valle comenzó su carrera política en las filas del PRI. Fue asesor del secretario de Gobernación, secretario de Finanzas y Desarrollo Social en el gobierno de Melquiades Morales, diputado federal y local. Pero se topó con Mario Marín, el Góber Precioso, protector de pederastas. Entonces, con la ayuda de su hada madrina Elba Esther Gordillo, se sumó a las filas del PAN y fue electo, por primera ocasión, senador de su estado. En 2010, una coalición partidaria integrada por los albiazules, el PRD, Nueva Alianza y Convergencia lo llevó a la gubernatura.

Echó entonces a caminar su fiebre constructora, acompañada de una intensa campaña publicitaria a escala nacional en la que proyectaba una imagen claramente metrosexual y de desplantes autoritarios y despóticos. Trató de asfixiar a la prensa crítica, controló el Congreso local y repartió leña a los movimientos populares.

En octubre de 2016, el abogado Tonatiuh Sarabia, él mismo y su familia perseguidos políticos de Moreno Valle, explicaba con cifras la magnitud de la represión: existe una lista que hizo el Comité para la libertad de los presos políticos y contra la represión de Puebla, que está integrado por académicos y estudiantes de la universidad, en la que se contaron 256 personas presas y procesadas desde 2013. La cifra escalaría a 360.

Según el también abogado José Manuel Porras Rugerio esos números “no son una cosa aislada: es el método de gobierno del señor Moreno Valle. La prisión preventiva es el arma que ha utilizado para deshacerse de la inconformidad, para darle cauce a las obras que tiene que hacer. Así sucedió con el gasoducto integral Morelos. Se metió al bote a los campesinos que sólo defendían su tierra. Ya en la cárcel, siguieron sus procesos y resultaron sin ninguna responsabilidad. Cuando salieron, el gasoducto ya pasaba por sus tierras. Te fabrican los delitos. Y si tú intervienes en cualquier conflicto social, te acusan de que secuestraste a los policías, de que les robaste su celular y te meten al bote”.

Simultáneamente a la violación a los derechos humanos, la inseguridad creció en la entidad. El huachicol se disparó y convirtió a Puebla en el primer estado en robo de combustibles a escala nacional. En 2016 los feminicidios se incrementaron en 143 por ciento, y un año después siguió aumentando. Una ola de homicidios dolosos hizo que la entidad se tiñera de rojo.

El pasado 24 de diciembre, un percance en un helicóptero segó la vida de Rafael Moreno Valle, nuevamente senador y el más sólido prospecto del PAN para ser su candidato a la Presidencia en 2024, de su esposa, la gobernadora Martha Érika Alonso y de tres personas más. Su trágica muerte no borra su pasado ni el uso que le dio al poder. En lugar de enaltecer su imagen, las megaobras que dejó a su paso por la gubernatura de Puebla son testimonio del dispendio, amiguismo y banalidad con la que usó los dineros públicos.

Twitter: @lhan55

hic2

GRANDES POLÍTICOS MEXICANOS DEL SIGLO VEINTE

Uno

ARNOLDO1

Dos

ARNOLDO2

hic2

 

PoemasDic18-1-0k

PoemasDic18-2OK

hic2

Tomado de SIN EMBARGO/Lunes 17 de Diciembre 2018

Epigmenio Ibarra

DE LA LLAMADA «COMENTOCRACIA» Y SUS AFANES

Les quitaron el bozal y la correa. Dejaron de darles línea. No saben qué hacer, no saben para qué sirve la libertad de expresión de la que ahora gozan, porque siempre han escrito y hablado ante el micrófono o la cámara por consigna, vendiéndose al mejor postor. Eran servidores del poder y se sentían parte de él. Entre los poderosos, a los que veían como iguales, se sentían a sus anchas. A su amparo hacían negocios, colocaban a sus parientes y socios, ganaban influencia, amasaban grandes fortunas; se volvían, más que líderes de opinión, estrellas; eran conductores carismáticos de masas que podían –si el monto era el correcto- elevar hasta las alturas a un político o defenestrarlo según conviniera a los intereses de su patrocinador en turno.

Sus grandes “éxitos” periodísticos se debían generalmente a filtraciones. Eran sólo servicios prestados al gobierno en turno o a los que aspiraban a sucederlo; golpes con dedicatoria para un adversario interno; encargos del concesionario para el que trabajaban, o provocaciones para vender más caros sus servicios. Nunca investigaban, sus fuentes estaban siempre en los pasillos del palacio o en los sótanos del poder. Sus grandes revelaciones eran resultado de los planes de la inteligencia política o militar.

Sin pisar jamás la calle pontificaban sobre los movimientos sociales, justificaban las masacres asumiendo como propia la verdad oficial en todos los casos. En un país de reporteros pobres que se juegan la vida a cada paso, estos columnistas y presentadores de medios electrónicos se disfrazaban a veces de intrépidos corresponsales de guerra y se prestaban a los montajes organizados por jefes policiacos y militares. Jamás corrieron riesgo alguno, jamás se atrevieron a incursionar en las zonas conflictivas del país y menos todavía se les vio participar en ninguna de las muchas marchas que se hicieron para denunciar el asesinato de una reportera o un reportero.

Sin salir de sus oficinas o de los estudios de radio y TV, sin jugarse el pellejo como aquellas y aquellos que intentan contar lo que realmente sucede en este país, su santa indignación ante los hechos de violencia era y sigue siendo solo una mascarada. Nunca les ha silbado un tiro cerca. No comprenden a las víctimas, su dolor, su indignación, su reclamo de verdad y justicia, y se dan el lujo de descalificar su lucha, de emprender incluso campañas de desprestigio en su contra. No han estado con ellas cuando hurgan la tierra en busca de sus seres queridos ni las han acompañado cuando se plantan frente al poder.

Hoy ven su bolsillo y sus pretensiones afectadas. Ya no rondan el palacio ni los buscan, zalameros, los gobernantes. No son ya como ellos, no comen en los mismos restaurantes, no viajan en el mismo avión privado o en la misma clase. Tampoco reciben la llamada de amenaza o la oferta para que contengan sus críticas. Han dejado de vender sus entrevistas, sus reportajes a modo. No son ya el oído atento, la pluma servil, el espejo para el gobernante en turno. Ya no cobran al Gobierno de la República, ni por hablar ni por callar. Están desesperados. Están rabiosos.

Durante los últimos 12 años se deshicieron en elogios para tres de los presidentes más infames de la historia reciente de México. Callaron ante la traición y la corrupción de Vicente Fox Quezada; se sumaron gozosos a la exaltación de la pareja presidencial. Justificaron el robo de la Presidencia perpetrado por Felipe Calderón y, presentándolo como el gran pacificador, hicieron suya la sangrienta e inútil cruzada desatada por el michoacano para hacerse de una legitimidad de la que de origen carecía. A Enrique Peña Nieto, al fin y al cabo un producto mediático, lo cubrieron de alabanzas por sus reformas y cerraron los ojos y la boca ante la escandalosa corrupción de su gobierno y las masacres y desapariciones masivas ocurridas en su sexenio.

En tres elecciones jugaron a ser juez y parte; sin ningún recato, fueron el instrumento de la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador. Una guerra que costó mucha sangre al pueblo de México y gracias a la cual se embolsaron centenares de millones de pesos. Estos periodistas y presentadores sembraron el odio, fomentaron el miedo, polarizaron irresponsablemente a la sociedad. Llamaron “mesías tropical”, y con mil epítetos más, al hoy Presidente de México; calificaron de “fanáticos” a los que lo seguimos, “ignorantes” a los que lo llevaron con su voto a Palacio Nacional. Sirvieron –y lo siguen haciendo- como caja de resonancia de las mentiras y calumnias tejidas para destruirlo; promovieron y promueven el desprecio en su contra.

Los integrantes de la hoy llamada comentocracia, de esa elite periodística que ha servido al poder las últimas dos décadas y que ha mantenido el monopolio de las grandes audiencias controlando los espacios más importantes en canales de TV, estaciones de radio, diarios y revistas, son corresponsables –por acción u omisión- del fraude electoral del 2006 y de la compra de la presidencia en el 2012 y, por tanto, cómplices de un crimen de lesa democracia.

Son también corresponsables del crecimiento exponencial de la violencia pues avalaron con sus alabanzas la guerra de Felipe Calderón y luego guardaron ominoso silencio ante la continuación y profundización de la misma con Enrique Peña Nieto. Al inicio de su gobierno pactaron con él para callar ante el escalamiento de la violencia, para presentarlo como el gran reformador. Luego, para exonerarlo de cualquier responsabilidad en Ayotzinapa, compraron, divulgaron y justificaron su verdad histórica.

Miles de millones de pesos pasaron del erario a las arcas de los medios y a los bolsillos de los miembros de la comentocracia. Al obsceno, innecesario, criminal gasto en la imagen de Fox, Calderón y Peña se sumaron centenares de millones de pesos gastados por otros funcionarios de manera subrepticia. Del saqueo de la nación, de la corrupción y la impunidad, son también corresponsables quienes cobraron por su voz y su silencio y se enriquecieron contando verdades a medias, deformando la realidad.

hic2

 

La ALBA al contragolpe

 Ángel Guerra Cabrera

Fortalecer la unidad en la diversidad de los pueblos de nuestra América, de sus fuerzas de izquierda y progresistas y sus movimientos sociales frente a la arremetida imperial, fue consenso central de la 16 Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), La Habana, Cuba, 14 de diciembre. Los países miembros subrayaron la necesidad de proyectar un desarrollo económico más compartido, pues ningún país puede desarrollarse por sí solo, sino dentro de una comunidad de naciones sustentada en la solidaridad y la complementación. Hoy esa comunidad es la ALBA, pero el ideal es que mañana sean todos los pueblos y estados al sur del río Bravo, por lo que batallaron Bolívar y Martí, Fidel y Chávez. La reunión dio gran relevancia a la solidaridad con Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, pronunció las palabras finales, luego de que el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, leyó la Declaración Final.

Al cumplir 14 años de su fundación, la ALBA-TCP ha hecho historia como instrumento de concertación política, de acciones económicas conjuntas y, principalmente, como articulador de programas sociales no únicamente limitados a sus integrantes, sino extendidos a otros muchos países de América Latina y el Caribe. Su trayectoria solidaria no tiene paralelo con la de ninguna otra agrupación internacional.

En su intervención el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, recordó, entre otros logros de la ALBA, los más de 2 millones 800 mil latinoamericanos y caribeños que recuperaron la visión mediante la Operación Milagro, la erradicación del analfabetismo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, los más de 12 mil médicos de países de la ALBA formados en Cuba y Venezuela, las más de 30 millones de consultas médicas brindadas y las 4 millones 163 mil 167 personas alfabetizadas en la región mediante el método cubano Yo sí puedo. La ALBA, añadió, es un paradigma de solidaridad, cooperación y concertación, esos valores son su principal fortaleza.

El mandatario cubano denunció que los enemigos de la independencia latinoamericana intentan impedir que se mantengan en el poder los gobiernos progresistas, para lo que usan la injerencia, la subversión, las agresiones económicas y la amenaza del uso de la fuerza. Subrayó que defender la vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe Como Zona de Paz adoptada en la cumbre de la Celac en La Habana es esencial para defender la estabilidad de la región. Calificó de imperativo la defensa de la ética y la justicia y el rechazo a la judicialización de la política, con la cual se intenta condenar a fuerzas progresistas en países como Brasil.

En la reunión se apreció el talento político de los líderes de los pequeños estados insulares del Caribe oriental. Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, consideró que ha sido precisamente la posición de la ALBA-TCP la que ha impedido hasta hoy una intervención militar contra Venezuela por parte de EU, posición que se mantiene ahora, cuando el presidente Donald Trump ha dicho que ninguna opción está descartada.

En su turno, Maduro evocó la primera visita de Chávez a Cuba, hace justamente 24 años. Vino con visión bolivariana y martiana y lleno de sueños; tuvo la gran sorpresa de que en la escalerilla del avión lo esperaba un gigante, Fidel Castro Ruz, y se dieron un abrazo, primer paso para esta grandiosa historia de la ALBA, la Celac y Petrocaribe. Recordó la arrolladora victoria electoral del comandante cuatro años después, que lo catapultó a la presidencia y la derrota del golpe de Estado de 2002, que abrió el camino a la fundación de la ALBA por Chávez y Fidel en 2004, mientras en Miami era lanzado el colonial ALCA para engullir a la región. Argumentó que a partir de entonces se hicieron posibles las grandes misiones sociales educativas y de salud en Venezuela, de las que han participado decenas de miles de colaboradores cubanos. El líder venezolano puso la criptomoneda petro a disposición de la organización y llamó al relanzamiento de las misiones, incluyendo la regional Misión Milagro, ya en parte incluido en el instrumento de cooperación bilateral entre Cuba y Venezuela firmado ese mismo día. Habló de la importancia de crear un pensamiento económico propio y retomar el Consejo Económico de la ALBA, el que se propone lo dirija Bolivia, con el mayor crecimiento económico de AL y el Caribe en la última década. Al referirse a la necesidad de crear una zona económica común de los países de la ALBA para ir a un desarrollo compartido y unificado, Maduro exhortó a unirse para ello como lo hacemos en educación, cultura, recreación, lucha contra el cambio climático y contra el bloqueo a Cuba en la ONU o la solidaridad con Venezuela en la OEA.

Preparémonos para nuevas batallas, preparémonos para renovar la esperanza, preparémonos para la victoria, concluyó Maduro.

Tomado de LA JORNADA

 

hic2

FOTOfeministas

Llamamiento de Hélène Brion contra la guerra en julio de 1914

«A las feministas, a las mujeres»

Hélène Brion

[Este artículo fue publicado en La Bataille syndicaliste, diario oficioso de la CGT, el 30 de julio de 1914. Hélène Brion fue una enseñante sindicalista, feminista y socialista. Y durante la guerra, militante pacifista «zimmerwaldiana» (reclamándose de la Conferencia Internacional de Zimmerwald) y participó en el Comité por la Recuperación de las Relaciones Internacionales 1/.

«¡En el período agitado que atravesamos, quien se considere neutro es tonto y quien se esconde, criminal!» Hoy en día podríamos reescribir estas palabas de André Léo dirigidas a las mujeres de la Comuna. ¡”Que cada una reflexione sobre ellas mientras quede tiempo! La guerra está ahí. Puede ser que en pocos días una terrible crisis conmocione Europa. Tendremos que revivir los horrores que habéis leído sobre la guerra ruso-japonesa, sobre la guerra en los Balcanes, la horrible pesadilla de 1870. Entonces, ¿Qué haréis vosotras que en estos momentos, por pereza, os negáis a creer en la guerra?”

Decís: «¡Todo se arreglará! ¡Es demasiado absurdo matarse por esas bobadas! ¡A fin de cuentas, nadie quiere combatir!» En efecto, es lo trágico del asunto: nadie quiere creer en ello por lo terrible que resulta; y gracias a esta indiferencia general y a las malas intenciones solapadas de nuestros dirigentes, el conflicto que nadie desea puede estallar mañana.

¿Os planteáis que ocurrirá entonces? ¿Cómo será vuestra vida de mujeres cuyos hijos, hermanos y maridos marcharán bajo la bandera? ¿No pensáis que mientras estemos a tiempo es mejor un gran movimiento de revuelta que sufrir las angustiosas horas que os desgarrarán después, renunciando a protestar por temor a causar daño a vuestros seres queridos, esclavas y calladas como lo habéis estado siempre? ¿No estáis cansadas de los sufrimientos seculares que os imponen esos grandes niños locos que son los hombres? ¿No erais vosotras las que les separaban cuándo eran más pequeños y consumían su energía a bofetadas entre ellos? Entonces les explicabais lo feo que era pelearse y que sus mejores puñetazos eran insensatos. ¿Por qué en estos momentos no os interponéis entre ellos?

Y vosotras feministas, vosotras que tenéis la experiencia de actuar en grupo, que lucháis desde hace mucho tiempo y estabais a punto de lograr vuestras esperanzas, ¿no comprendéis el enorme retroceso que impondrá una guerra a la forma de pensar? ¿Por qué no intentar evitarlo interponiéndoos ante el desastre antes de que nos arrase?

Fuimos 20.000 en la calle a favor de Condorceta 2/. Fuimos más de 500.000 las que reclamamos el derecho al voto por escrito. Es preciso que seamos millones para gritar nuestro odio a la guerra y nuestra firme voluntad de hacer todo lo que esté en nuestras manos para impedirla.

Sí, todo, lo vuelvo a decir. De entrada con buenas palabras y tratando de persuadir. ¿Quién osaría culparnos y castigarnos por hacerlo? ¿No nos corresponde a nosotras hacerlo y no constituye el más sagrado de los derechos que se nos haya reconocido jamás? Así pues, protestemos contra el crimen que se prepara a cada momento y en todos los lugares: en casa, en el taller, en las oficinas, durante todo el día. Lo podemos hacer, lo debemos hacer; es el primero y más imperioso de nuestros deberes.

Cumplámoslo sin remilgos y hasta el final.

1/ Organización pacifista impulsada por Fernand Loriot –enseñante y militante de la CGT- partidario del manifiesto de Zimmerwald y opuesto a la participación de la SFIO en la Unión Sagrada.

2/ Referencia a la manifestación del 5 de julio e 1914 reivindicando el derecho al voto de las mujeres. Condorcet, fue uno de los grandes militantes a favor de la igualdad de las mujeres.

(Tomado de Viento Sur por elborrachoibuena)

 

hic2

Palestina y la conciencia del mundo

El Consejo Central de la Organización para la Liberación de Palestina acordó ayer retirar su reconocimiento al Estado de Israel, otorgado en el contexto del proceso de paz de Oslo de 1993, ante el persistente bloqueo de Tel Aviv a cualquier perspectiva de construcción de un Estado palestino en la franja de Gaza y los territorios ocupados de Cisjordania y la Jerusalén oriental, así como la continuación de las agresiones militares, policiales, económicas y judiciales israelíes contra la población palestina, tanto en los territorios ocupados como en el propio Israel.

Asimismo, la autoridad palestina encontró inadmisible que el régimen de Tel Aviv haya proseguido todos estos años con su estrategia de crear asentamientos judíos en los territorios árabes ocupados, lo que en la práctica equivale a un intento de aniquilación demográfica de los palestinos. Hace dos semanas, por ejemplo, la autoridad ocupante aprobó la creación de un nuevo barrio judío en la ciudad palestina de Hebrón, al tiempo que ordenaba la demolición de la aldea árabe de Jan al Ahmar, en la misma Cisjordania.

Cabe recordar que los acuerdos firmados en 1993 con el auspicio del entonces presidente estadunidense Bill Clinton establecían un término de cinco años para la creación del Estado palestino en los territorios ocupados por el ejército israelí en la Guerra de los Seis días (1967), y dejaba para una negociación posterior el estatuto definitivo de Jerusalén (Al Qods, en árabe), ciudad a la que ambas naciones reclaman como su capital.

Sin embargo, 20 años después del vencimiento de ese plazo, la solución de los dos Estados parece más lejana que nunca, debido al emplazamiento de asentamientos judíos en los territorios ocupados, el asesinato de miles de palestinos a manos de las fuerzas armadas ocupantes y el inhumano bloqueo de Gaza.

Un factor adicional que permite entender la exasperación palestina, es la reciente decisión del presidente estadunidense, Donald Trump, de trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén, lo que constituye un reconocimiento a la pretensión israelí de considerar a la segunda de esas ciudades como su capital única e indivisible, a contrapelo de diversas resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas. El magnate republicano fue más allá: eliminó los fondos de ayuda destinada a hospitales de Al Qods y a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Medio Oriente. Asimismo, uno de los pretextos esgrimidos por Washington para retirarse del protocolo de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas fue que por medio de ese instrumento los palestinos podrían demandar a Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, por las violaciones a la legalidad internacional que ha cometido en su respaldo incondicional al régimen de Tel Aviv.

Lo cierto es que la llegada de Trump a la Casa Blanca mató las últimas esperanzas de que la superpotencia vecina conservara alguna disposición a actuar como parte mediadora en el añejo conflicto palestino-israelí y que tuviera una mínima voluntad de dar seguimiento a los acuerdos de Oslo. En tal circunstancia, deja de tener sentido que la autoridad palestina reconozca a un Estado que en lugar de aportar a la paz, en estas dos décadas no ha hecho más que avanzar en la reducción de la población palestina a un conjunto de presos en su propio territorio.

Cabe preguntarse, por último, hasta cuándo la comunidad internacional seguirá asistiendo impávida a esta barbarie que niega los avances de más de un siglo en materia de derechos humanos, colectivos y nacionales.

­­­Editorial del periódico LA JORNADA

hic2

LAIZQUIERDAQUENO

hic2

EL LENGUAJE ES TRANSGRESOR O ESTÁ MUERTO

Marcos Roitman Rosenmann/ La Jornada/ lunes 29 de octubre de 2019

Las nuevas generaciones y las no tanto han decidido que el lenguaje políticamente correcto es democrático. Se cree, falsamente, que el respeto a la diferencia consiste en censurar palabras acusadas de sexistas, xenófobas, racistas. Maricón, puta, indio, negro, cabrón, marimacho,entre otras, son llevadas al cadalso. En España, la exclamación popular ¡me cago en Dios! es perseguida sin piedad. No es la única, unir santos y cojones, Cristo y clavos, vírgenes y putas, para colectivos católicos constituye una blasfemia. La justicia del siglo XXI redita los tribunales de la Inquisición. Jueces le dan la razón, sólo queda rescatar tormentos como verter plomo ardiendo en la garganta, reinventar el potro o la doncella de hierro. A esta cruzada contra el lenguaje se unen colectivos cuya labor se centra en borrar del diccionario términos que, a su juicio, causan discriminación lingüística. Ejemplo: el debate para sustituir mariconez de una canción del extinto grupo Mecano. La concursante televisiva, irrelevante por su voz, salta a la fama, negándose a pronunciarla; la tilda de insulto para gays, transexuales, homosexuales y lesbianas. El público del plató aplaude e insulta a la ex vocalista de Mecano, Ana Torroja, por no aceptar su cambio a gilipollez o estupidez. Algo similar ocurre, desde hace tiempo, con diálogos en operas, zarzuelas, cuentos, incluso fabulas. No diga negro, decántese por afroamericano. Elimine homosexual y aplique el correcto, gay; mejor invidente que ciego.

En una sociedad capitalista, patriarcal, racista, xenófoba, el lenguaje es un campo de batalla, pero hay que diferenciar el origen semántico de las palabras de su instrumentalización ideológica. El uso del lenguaje y su trasformación deben acompañarse de una trasformación del contexto. Expresiones como ¡me cago en Dios!, ¡me cago en mi puta madre!, eres maricón, que le den… representan un uso legítimo del lenguaje. María Moliner, filóloga y bibliotecaria, dedicó parte de su vida a escribir el Diccionario de uso del español, y Julio Casares hizo lo propio con la edición del Diccionario ideológico de la lengua española. Una y otro en las antípodas políticas no renunciaron a entender el lenguaje como realidad plástica donde las palabras pueden tener diferentes significados según contextos. Si censuramos las palabras bajo la acusación de producir discriminación sexual, racial, cultural o de genero haremos del lenguaje algo romo, muerto, sin capacidad de diferenciar lo masculino, femenino de lo neutro.

Atacar el lenguaje con pretexto de hacerlo inclusivo, eliminar discriminaciones sexistas o raciales, se aproxima más un sistema totalitario que a una sociedad democrática. Las diferencias y matices posibilitan entender la distancia que separa el género, de la clase, de la especie. No es bueno para la libertad de expresión y del lenguaje poner cortapisas o censurar su uso popular y no me refiero a tradiciones. Si prosperan los neoinquisidores, defensores de lo políticamente correcto asentado en lo inclusivo, la diferencia se elimina y el lenguaje muere.

Chile, el país neoliberal por excelencia de América Latina, racista hasta la médula, cuyas prácticas machistas y la homofobia conllevan palizas a homosexuales con resultado de asesinato, se comporta como el adalid del lenguaje inclusivo. ¿Casualidad? No: es la manera de invisibilizar la explotación. Sin un sistema educativo democrático es inviable el nacimiento de un lenguaje democrático. La desigualdad inherente a la economía de mercado reproduce sus valores y no tiene problemas en inventarse un lenguaje inclusivo para el mercado. Mientras no se cambien las estructuras, la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, creerá enriquecer el lenguaje al referirse a los chiquillos o chiquillas, como chiquilles o amigues, sustituyendo el masculino y femenino: amigas o amigos. La e no soluciona el problema. Imaginemos la frase: los libros de primaria son sexistas, bajo el universo del lenguaje inclusivo quedaría: les libres de primaries son sexistes. ¿Una jirafa, será jirafe macho o hembra? No diga todos ni todas, mejor, todes. Vaques por vacas, tores por toros, niñes por niñas y niños, etcétera. Más que una aportación al lenguaje, es una carnicería. Forma y contenido guardan relación. Independizarlos es trasformar el lenguaje en un cascarón vacío. Igual ocurrió con el ataque neoliberal a la democracia social, económica, étnica o de género, hasta dejarla en un continente sin contenido.

Prefiero expresiones como maricón, ¡me cago en Dios!, ¡que te jodan! u otras, recogidas por grandes literatos en sus obras, que ser defensor del lenguaje políticamente inclusivo dejando intactas las estructuras de poder real. Lamentablemente esta moda se extiende a las artes plásticas, pintura y escultura. Obras de Rubens, Picasso, Courbet, Iannone, Modigliani o Balthus, son trasformados por mentes calenturientas en pecado, actos impuros o eliminados de las redes por los servidores como Facebook. El erotismo, el sexo, la naturaleza, acaban siendo víctimas del lenguaje hasta eliminarlo completamente. Sólo queda reditar la quema de libros y quitar de los museos todo aquello que alguien diga es contrario a la moral de lo políticamente inclusivo.

hic2

UN CL¡SICO PANISTATomado de LA JORNADA

hic2
Aznavour
–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––